A niveles más cotidianos, lo podéis comprobar en cualquier situación: Vas a la consulta del médico y empiezas a contarle tus penas, pero él/ella lleva toda la mañana oyendo milongas similares, así que cuando quiere que te vayas saca aquello de: "Tienes que ponerte a régimen/ dejar el alcohol/ apuntarte a aquagym..." (O crueldades similares, propias de gente tan instruida). Entonces, ¿qué es lo que haces? Pues largarte rápidamente antes de que el tema llegue a mayores.
Otra situación similar es cuando te encuentras un amigo/a plasta. Todos tenemos al menos uno, debe ser para purgar nuestros pecados. Como no sabes cómo deshacerte de él, pero sabes que tiene un hijo bandarra que no pega golpe, pues acabas con aquello de... "...y cómo va tu hijo con los estudios"? Con lo cual el plasta recuerda que tiene prisa y nos deja en paz.
Ya en casa, y que se me perdone el sesgo interesado y parcial, los sufridos miembros del Sindicato de Maridos (y similares) Oprimidos sabemos perfectamente que en el caso de que algún inexperto iluso caiga en la peligrosa tentación de presentar batalla dialéctica a su amadísima fémina, acabará, en el caso de que en algún momento parezca que va a llevar razón, siendo atacado por el flanco con un tema en muchos casos recurrente, que no viene al caso pero en el que va a salir machacado con toda seguridad. La natural inteligencía femenina, muy superior en velocidad de proceso y en capacidad de manejo de palabras a la nuestra, acumula estos recursos tras miles de generaciones.
Compartidas estas reflexiones, sin acritud y con al máximo respeto a todo el mundo, espero que disfrutéis tanto como yo analizando estas tácticas e identificando los EPC en la vida diaria.
Otro día más. Buenos días a todos.