Los derechos fundamentales de todo ser humano (La sanidad, la educación, la justicia, el derecho a una vivienda digna, a sacar adelante a una familia, a aspirar a una justicia real, accesible y gratuita...), nunca deberían ser objeto de negocio, especulación o privatización. Si un gobierno gestiona mal, cámbiese el gobierno. Pero que no se utilice la rentabilidad como argumento para el saqueo de los bienes públicos. Los derechos no tienen precio, ni son negociables.


viernes, 26 de julio de 2024

DISCURSO PARA UNA BODA-II

Buenas tardes. 

Hace catorce años se casó mi hija, precioso momento, extraordinario resultado. Entonces publiqué el discurso que hice para aquella boda y que os pongo en este enlace: DISCURSO DE UN PADRINO DE BODA (CARTA A UNA GENERACIÓN). Este discurso tuvo mucho éxito, e incluso algún concejal y algún alcalde me confesaron después que les había servido de inspiración para bodas posteriores. Me alegro, porque las verdades y los sentimientos no son propiedad privada, y todo aquello bueno que podamos ir esparciendo nos mejorará a nosotros y a nuestro mundo.

El sábado 20/07/2024 se casó mi hijo, y de nuevo tuve el honor de hacer un discurso. Al fotógrafo le ha gustado y lo ha publicado en Youtube, honor que me hace, estamos en tiempos de mayor desarrollo y extensión de las redes, y si lo que se publica es con buena intención bien recibido sea. Después os añado el texto.


Y digo:

"Querida familia, queridos amigos, muchas gracias por acompañarnos en este día tan feliz para nuestros hijos, esperamos que sea muy agradable también para vosotros.

Cuando una persona encuentra a esa otra que ha de ser su compañera de viaje ha de saber identificarla, cual si fuera una preciada perla. Porque la vida es un viaje, y de la compañía que escogemos depende que ese viaje sea feliz y fructífero. Tenéis la libertad de poder conocer bien a la persona con quien decidís uniros, sin prisas, sin condicionantes, en todas las situaciones. Y la posibilidad de seguir juntos porque queréis, sin obligaciones. Uno se casa con todos los momentos de la otra persona, con su entorno, con su historia y con su subconsciente. Y hay que conocerla al máximo para aceptarla al máximo. Mi padre decía que sabes cuánto quieres a una persona cuando te despiertas con ella, no cuando te acuestas con ella. Nada hay más hermoso que despertar junto a la persona a la que se ama y que sabes que te ama. Se ama la bondad, la confianza total, la entrega sin doblez ni engaño que merece la mejor de las respuestas.

No hay recetas para la felicidad, ni para conservar la pareja, ni para educar a los hijos, hay actitudes. La felicidad no es un objetivo lejano, es una forma de viajar. Y no se puede triunfar en la familia ni en el trabajo si uno no se conoce a sí mismo, si no puede estar consigo a solas. Para ser amado hay que amar, y amar es repartir felicidad, intentar hacer la vida más fácil a los que nos rodean, y esto sale desde la serenidad interior y se amplifica desde la serenidad de la pareja.

No sirve, aquí tampoco, la política de los grandes eventos ni de los grandes romanticismos si no hay capacidad para compartir el silencio, para transmitirlo todo con una mirada o con un apretón de manos y para acompañar en los malos momentos, para estar sin imponer, para dar sin exigir. Una sociedad es libre y es feliz si lo son las personas, y una pareja es feliz si cada uno se siente libre y es feliz por su parte. Como muy bien escribió Mario Benedetti, hay que poder decir:

“Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo 
somos mucho más que dos.” 

Cuando el proyecto de la pareja funciona tenéis la libertad de tener hijos porque queréis y cuando queréis. Porque un hijo es un regalo, y nunca ha de ser una imposición. Y los niños son personas con todos sus derechos y dignidades desde el primer momento. Heredarán vuestro día a día, vuestro concepto de la vida y de quienes les rodean, vuestros roles y vuestras reacciones. Disfrutadlos en libertad y traspasadles todas las libertades que habéis disfrutado incrementadas, más todas aquellas que aportéis en vuestro turno que ahora empieza. No hagáis sumisos consumidores ni pasivos apantallados: Haced inquietos exploradores y perseguidores de estrellas, gente capaz de llevarnos a todos un poco más alto y un poco más lejos.

El tiempo nos enseña que se quedan las pequeñas cosas, y que no se recupera el beso que no se dio, la caricia que no se hizo, la palabra cariñosa que el otro se quedó esperando y que el orgullo nos impidió decir. Se recuerdan las sonrisas y las caricias, y se construye sobre los pequeños detalles. Al final, siempre nos parece insuficiente el cariño que hemos devuelto a quien nos ha querido y el tiempo que hemos dedicado a nuestros hijos.

No estáis solos, estaremos aquí para apoyaros, pero también para exigiros que paséis y mejoréis nuestra herencia de amor a la cultura y ansia de conocimiento y de libertad. Somos todos peregrinos en un viaje en el que nada de lo que es auténticamente valioso tiene peso, ni volumen, ni precio. Hay que construir el camino cada día y disfrutarlo, sin perder de vista que estamos en tránsito para aprender, para mejorar y para compartir. Decía Cavafis en su poema Ítaca:

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.

No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes. 

Que disfrutéis de cada paso, de cada momento y de cada situación. Y que podáis estar tan orgullosos de vuestros hijos como nosotros lo estamos de vosotros.

Adelante y ¡Buen Camino!"

Como podéis ver, ambos discursos tienen un contenido común y una parte de adaptación al tiempo y al contexto, pero la esencia es la misma. y es que no son muchos los momentos en los que un padre puede echar un discurso a los hijos y estos tienen que escuchar quietecitos. En este caso también espero que sirva de referencia a sus destinatarios para los buenos y los malos momentos. Y si además sirve de inspiración para otros buenos proyectos, estupendo.

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