Los derechos fundamentales de todo ser humano (La sanidad, la educación, la justicia, el derecho a una vivienda digna, a sacar adelante a una familia, a aspirar a una justicia real, accesible y gratuita...), nunca deberían ser objeto de negocio, especulación o privatización. Si un gobierno gestiona mal, cámbiese el gobierno. Pero que no se utilice la rentabilidad como argumento para el saqueo de los bienes públicos. Los derechos no tienen precio, ni son negociables.


martes, 25 de octubre de 2016

El activismo político del corazonismo balompédico

La democracia se basa en el derecho de cada persona a expresar sus preferencias mediante su voto, y que este su voto tenga el mismo valor que el de cualquier otro ciudadano, sea cual sea su estado, género, nivel social, etc.

Esto, indiscutible aquí, puede llevar a que algún que otro partido político concluya que es más rentable convencer a muchos de los que tengan poca formación y mala información (o incluso mantenerlos en este estado), con lo que indudablemente disminuye su potencialidad crítica, frente a aquellos que tienen más posibilidad de juzgar y criticar no solamente sus mensajes, sino sus hechos. Si a esto le añadimos unas campañas electorales dirigidas por especialistas en configurar la opinión pública, tenemos que matemáticamente si un partido arrastra a un número importante de personas en estas condiciones tendrá ganadas las elecciones. ¿Os suena?

Una vez llegados al poder, o una vez con poder suficiente para controlar los medios de comunicación de masas, lo que va a interesar es difundir un modo de pensar que responda al tipo de sociedad sobre la que se apoya tal partido o tal grupo de poder. Es, pues, un circuito cerrado en el que quien tiene el poder puede manipular más y mejor a quienes le van a votar para que continúe o acumule más poder. La configuración ideológica de la sociedad es, así, una manera segura de garantizarse no solamente tal permanencia, sino una mentalidad mayoritaria adormecida ante posibles injusticias y corrupciones del partido manipulador.

En esto interviene el principal medio de control de masas, que es actualmente la televisión. Eso que ha sustituido en el papel del “Opio del pueblo” marxista a una Iglesia en decadencia ya porque, esencialmente, está dejando de ser útil a las oligarquías que la han utilizado durante siglos para el control y gestión de la manipulación. Y si se mantiene un poco en el candelero es porque ella misma, como institución, es históricamente parte de esa jerarquía manipuladora, durante siglos a través de púlpitos y ostentando casi el monopolio de la enseñanza y ahora mediante el tímido acceso a unos medios de comunicación de masas que no sabe gestionar puesto que su público ya puede acceder a más información que la que la propia Iglesia filtra.

Volviendo al tema de la televisión, no es solamente a través de programas “políticos” como pueden ser tertulias, reportajes, etc., como se realiza tal manipulación, que también. En estos puede existir una actitud de “aviso” a los telespectadores, además de que el público que los ve  ya tiene una cierta formación e información, y la masa manipulable los ve “aburridos” en general.

Es a través de los programas “de entretenimiento” como se realiza tal sutil modelación de la mente mayoritaria. Hay que analizar los programas de la mañana de TV1, por ejemplo, dirigidos a un público preferente de amas de casa, pensionistas, etc. a los que se les va confirmando una mentalidad conservadora y casi retrógrada mediante programas pseudo-informativos que se regodean en noticias truculentas, en historias dramaticonas y en anunciar peligros cercanos al entorno de las/los televidentes. Se aplica así la primera norma de la manipulación televisiva que es el desarme del super-ego mediante emociones primarias para introducir, inmediatamente después, el mensaje.

El paradigma, no en balde al final de la mañana, que es la hora de máxima audiencia en espera del NoDo-Telediario (El NoDo era más honrado, pienso) es el programa llamado “Corazón, Corazón”, que esencialmente trata los asuntos de otra parte del organismo con líneas fundamentales tan esenciales como:
  • -        “Suenan campanas de boda”
  • -        “Fulanita y Menganito se casan/divorcian/reencuentran…
  • -        “Menganita está sola y no tiene novio” (Como horrorizándose por el futuro así)
  • -        “Menganito se ha separado hace poco y su corazón ya pertenece a otra”
Fórmulas como estas, aplicadas a una retahíla inacabable de famosos que viven generalmente de este cuento y en el que lo más terrible es el nivel de cursilería de los comentarios y preguntas de las/los reporteros/as (las, generalmente) están enmarcados en un servilismo patético cuando se habla “de la Nobleza” y se cuentan vidas y milagros de esas gentes tan guapas a las que el personal quiere tanto.

Esto es lo revolucionario, esto es lo activamente político. Día a día, rincón a rincón de la programación. No hay más que ver los telediarios, que cada vez se parecen más a un magazine de periódico carca dominguero: Un poco de política nacional, ya se sabe. Unos niños heridos por un bombardeo de los rusos o de otros malos, unas Ong salvando a gente, dramas lejanos, aquí no se pasa necesidad. Y las mismas noticias de secuestros, crímenes, accidentes, contadas varias veces, dramatizadas…

Y fútbol, mucho fútbol, Ronaldo, Messi, lo que haga falta, las veces que haga falta. Somos fútbol, el país es fútbol, España es fútbol. Puedes estar en paro, sin un duro, pero no te pierdas el partido, no vaya a ser que al día siguiente nos sepas de que hablar.

La tesis de esto es, como veis, que el resultado de unas elecciones, la evolución del país, no se deja solamente para las campañas electorales: Se va configurando la sociedad mediante el modelado cuidadoso, constante e imparable del substrato cultural (por decirlo de alguna forma) de una mayoría que se quiere y se pretende conservar manipulable, de forma que ya no exista conciencia de clase, sino madridistas, del atleti… (del Barça no, que no son muy obedientes) y ahora seguidores de los pseudo-heroes que nos va montando la tele: Bisbalistas, Chenoistas…. En resumen, una manipulación planificada, elaborada, realizada por profesionales e implacable.

Dejaremos para otro día el tema de la Internet y el esfuerzo para seguir controlando un tema que de momento se les escapa un poco, pero no mucho.

Espero que os haya parecido interesante. Desde luego, hay mucho más de qué hablar sobre este tema, pero ya es tarde.

Buenas noches.

El activismo político del corazonismo balompédico

La democracia se basa en el derecho de cada persona a expresar sus preferencias mediante su voto, y que este su voto tenga el mismo valor que el de cualquier otro ciudadano, sea cual sea su estado, género, nivel social, etc.

Esto, indiscutible aquí, puede llevar a que algún que otro partido político concluya que es más rentable convencer a muchos de los que tengan poca formación y mala información (o incluso mantenerlos en este estado), con lo que indudablemente disminuye su potencialidad crítica, frente a aquellos que tienen más posibilidad de juzgar y criticar no solamente sus mensajes, sino sus hechos. Si a esto le añadimos unas campañas electorales dirigidas por especialistas en configurar la opinión pública, tenemos que matemáticamente si un partido arrastra a un número importante de personas en estas condiciones tendrá ganadas las elecciones. ¿Os suena?

Una vez llegados al poder, o una vez con poder suficiente para controlar los medios de comunicación de masas, lo que va a interesar es difundir un modo de pensar que responda al tipo de sociedad sobre la que se apoya tal partido o tal grupo de poder. Es, pues, un circuito cerrado en el que quien tiene el poder puede manipular más y mejor a quienes le van a votar para que continúe o acumule más poder. La configuración ideológica de la sociedad es, así, una manera segura de garantizarse no solamente tal permanencia, sino una mentalidad mayoritaria adormecida ante posibles injusticias y corrupciones del partido manipulador.

En esto interviene el principal medio de control de masas, que es actualmente la televisión. Eso que ha sustituido en el papel del “Opio del pueblo” marxista a una Iglesia en decadencia ya porque, esencialmente, está dejando de ser útil a las oligarquías que la han utilizado durante siglos para el control y gestión de la manipulación. Y si se mantiene un poco en el candelero es porque ella misma, como institución, es históricamente parte de esa jerarquía manipuladora, durante siglos a través de púlpitos y ostentando casi el monopolio de la enseñanza y ahora mediante el tímido acceso a unos medios de comunicación de masas que no sabe gestionar puesto que su público ya puede acceder a más información que la que la propia Iglesia filtra.

Volviendo al tema de la televisión, no es solamente a través de programas “políticos” como pueden ser tertulias, reportajes, etc., como se realiza tal manipulación, que también. En estos puede existir una actitud de “aviso” a los telespectadores, además de que el público que los ve  ya tiene una cierta formación e información, y la masa manipulable los ve “aburridos” en general.

Es a través de los programas “de entretenimiento” como se realiza tal sutil modelado de la mente mayoritaria. Hay que analizar los programas de la mañana de TV1, por ejemplo, dirigidos a un público preferente de amas de casa, pensionistas, etc. a los que se les va confirmando una mentalidad conservadora y casi retrógrada mediante programas pseudo-informativos que se regodean en noticias truculentas, en historias dramaticonas y en anunciar peligros cercanos al entorno de las/los televidentes. Se aplica así la primera norma de la manipulación televisiva que es el desarme del super-ego mediante emociones primarias para introducir, inmediatamente después, el mensaje.

El paradigma, no en balde al final de la mañana, que es la hora de máxima audiencia en espera del NoDo-Telediario (El NoDo era más honrado, pienso) es el programa llamado “Corazón, Corazón”, que esencialmente trata los asuntos de otra parte del organismo con líneas fundamentales tan esenciales como:
  • -        “Suenan campanas de boda”
  • -        “Fulanita y Menganito se casan/divorcian/reencuentran…
  • -        “Menganita está sola y no tiene novio” (Como horrorizándose por el futuro así)
  • -        “Menganito se ha separado hace poco y su corazón ya pertenece a otra”
Fórmulas como estas, aplicadas a una retahíla inacabable de famosos que viven generalmente de este cuento y en el que lo más terrible es el nivel de cursilería de los comentarios y preguntas de las/los reporteros/as (las, generalmente) están enmarcados en un servilismo patético cuando se habla “de la Nobleza” y se cuentan vidas y milagros de esas gentes tan guapas a las que el personal quiere tanto.

Esto es lo revolucionario, esto es lo activamente político. Día a día, rincón a rincón de la programación. No hay más que ver los telediarios, que cada vez se parecen más a un magazine de periódico carca dominguero: Un poco de política nacional, ya se sabe. Unos niños heridos por un bombardeo de los rusos o de otros malos, unas Ong salvando a gente, dramas lejanos, aquí no se pasa necesidad. Y las mismas noticias de secuestros, crímenes, accidentes, contadas varias veces, dramatizadas…

Y fútbol, mucho fútbol, Ronaldo, Messi, lo que haga falta, las veces que haga falta. Somos fútbol, el país es fútbol, España es fútbol. Puedes estar en paro, sin un duro, pero no te pierdas el partido, no vaya a ser que al día siguiente nos sepas de qué hablar.

La tesis de esto es, como veis, que el resultado de unas elecciones, la evolución del país, no se deja solamente para las campañas electorales: Se va configurando la sociedad mediante el modelado cuidadoso, constante e imparable del substrato cultural (por decirlo de alguna forma) de una mayoría que se quiere y se pretende conservar manipulable, de forma que ya no exista conciencia de clase, sino madridistas, del atleti… (del Barça no, que no son muy obedientes) y ahora seguidores de los pseudo-heroes que nos va montando la tele: Bisbalistas, Chenoistas…. En resumen, una manipulación planificada, elaborada, realizada por profesionales e implacable.

Dejaremos para otro día el tema de la Internet y el esfuerzo para seguir controlando un tema que de momento se les escapa un poco, pero no mucho.

Espero que os haya parecido interesante. Desde luego, hay mucho más de qué hablar sobre este tema, pero ya es tarde.

Buenas noches.