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martes, 24 de octubre de 2017

Universitarios entre mierda

Buenas noches a todos.

El pasado sábado 21/10/2017, a las 0:30 aproximadamente, pasaba por la calle Bailén cuando oí una especie de fiesta en la que, entre gritos de gente joven, alguien parecía querer cantar. Era un festival en la Plaza de Toros. Me acerqué para informarme mejor y lo que vi es esto:


Basura amontonada que iban recogiendo los barrenderos de lo que hasta un poco antes había sido una alfombra que cubría toda la acera, según me contaron ellos mismos.


Una multitud de jóvenes había estado esperando el inicio del festival que se estaba celebrando en la Plaza de Toros, y mientras tanto habían hecho un "pre-botellón", según me contaron unas jovencitas que sin problemas estaban sentadas en medio de un montón de basura de este tipo.


Bolsas dejadas en el suelo con restos de botellas abiertas, charcos de cerveza, Coca Cola y licores varios que impregnaban la acera y todo tipo de restos habituales de estas actividades "culturales" en las que nuestra juventud se cultiva. Sin dejar de admirarme, a pesar de mis experiencias previas, me acerqué para ver qué tipo de concierto era ese cuyo público rozaba entre la marranería y la cutrez. Y cual fue mi vergüenza ajena cuando descubrí que era un concierto de bienvenida de la Universidad.


Esto me recordó rápidamente aquellos días en los que yo, por temas profesionales, iba al Politécnico por la tarde y me encontraba las extensiones de césped llenas de platos enteros de paella tirados, botellas, bolsas de plástico, etc... y me dijeron como algo normal: "Es que los chavales hacen paellas y luego batallas con los platos llenos".

No puedo acabar de digerir esto, miren ustedes. En mis tiempos, los padres hacían un esfuerzo, en muchos casos, para que su hijo, al llegar a la Universidad, alcanzara no sólo un título, sino un nivel de educación y cultura. ¿Dónde está ahora eso? ¿Ha quedado la Universidad reducida a un expendedor de títulos a una masa de jóvenes alienados, con mucha formación tecnológica y nula educación cívica?

Inevitablemente, relaciono esto con esos pisos de estudiantes que, lamentablemente, infectan tranquilas comunidades de vecinos y en los que algunos jóvenes - también los hay normales, está claro . te dicen aquello de "somos estudiantes y tenemos derecho a divertirnos", y como por la mañana al parecer ni trabajan ni estudian pues se dedican por la noche a poner música y a hacer fiesta, berreando y cantando y pasando olímpicamente del derecho al descanso de los vecinos, tengan niños pequeños, enfermos o sean de los cada vez menos afortunados que a la mañana siguiente tienen que trabajar. Me admira también que tienen tiempo y dinero para salir casi todas las noches, y trasegar cubos de quintos, calimochos infectos y cubatas deplorables. Deben ser unos fieras estudiando luego, entre resaca y resaca, porque una carrera universitaria exige mucho esfuerzo. ¿O ya no tanto?.

Otra cosa que me admira, además del nulo civismo - que al parecer ya traen desde la educación (o lo que sea) primaria - es la falta absoluta de dignidad: No les importa estar entre mierda, sentarse entre la mierda - sea la suya o de los que estaban antes - e incluso comer entre la mierda. Y para los que hemos sido padres, eso de ver a las tiernas jovencitas y jovencitos que tan primorosamente arregladas y arreglados salen de casa como si tuvieran unas tallas menos y unos años más sentados en el suelo entre charcos de bebidas, y en algunos casos vómitos de los colegas me produce, sinceramente, una gran tristeza.

El pasado verano, en la playa de El Cabañal, un miércoles por la tarde, presencié cómo una clase de quinceañeros de un colegio, español por supuesto, se levantaba dejando en la arena los restos de su merienda: Igualito que lo que hicieron el viernes sus mayores que ya eran universitarios. Y para más regodeo, la que aparentaba ser la profesora ni les mencionó lo de recoger. No sé si es que lo veía bien o que no se atrevía, no fuera que luego los niños se chivaran a sus padres.

Y es que no es cuestión de colegios: Un mediodía, al cruzar Blasco Ibáñez, había tres jovencitas de esas de colegio caro y muy religioso, con sus falditas a cuadros, comiendo pipas y llenando todo el suelo a su alrededor a pesar de que tenían una papelera cerca, cuya utilidad al parecer ignoraban. Les pregunté si es que hacían eso mismo en su casa, y la que parecía mayor me dijo muy prepotente: "Mi mamá paga a una colombiana para que recoja lo que yo tiro". Es evidente que la que necesita un zapatillazo es la madre. Y quizás muchas madres y muchos padres, porque si cuando una persona alcanza determinada edad ya actúa así, es que algo muy gordo ha fallado en su educación.

Y asocio todo esto, inevitablemente, a la realidad política y social que se nos está imponiendo. Estos jóvenes a los que nadie ha inculcado como toca los conceptos de educación, civismo, responsabilidad social, deberes, obligaciones, etc, son los que luego rivalizan entre ellos por contratos de mierda, desconociendo lo que es la solidaridad y - ¡Maldito abuelo que nos quiere hacer leer!  - la conciencia de clase. El que no tiene dignidad para no estar "divirtiéndose" entre la mierda ajena no la va a tener para hacer frente a situaciones de explotación. Eso sí: verá natural estar colgado del Facebook, del Instagram o del Wasap en horas de trabajo, que es el problema que están teniendo muchas empresas.

Hace muchos años, cuando empezaba una Transición ilusionante, ya advertí que fracasaría si la única diversión de los adolescentes iba a ser beber sentados en los portales y en las aceras. Ya tenemos los frutos de esas generaciones que son estupendas, pero los hemos criado llenos de derechos y exentos de deberes en demasiados casos. Y si nos preguntamos si era esto lo que quería el sistema, no hay más que ver las condiciones laborales imperantes y los contenidos de nuestras televisiones: Todo está enfocado en la misma dirección: Una mano de obra cualificada técnicamente, borrega y exenta de capacidad crítica. De ahí, por ejemplo, la relegación de las humanidades.

Si alguien quiere comprobar los planes del sistema, hoy ha empezado Operación Triunfo.

Buenas noches y espero que la próxima entrada sea más positiva.

Entradas relacionadas con esta:
Tranvía al Politécnico
Pisos de estudiantes: Raimon en el patio

jueves, 12 de octubre de 2017

Ya que vamos a cambiar...

A ver, ya que van a cambiar la Constitución, esa tan sagrada que sólo la han podido cambiar PP y PSOE a escondidas a instancias de la Unión Europea, podían aprovechar la efervescencia de la defensa de la democracia para que los españoles podamos proponer reformas, por ejemplo:

- Blindar las pensiones, garantizando su subida con el IPC real, no el que calculan ellos.

- Blindar los contratos de trabajo, garantizando el cumplimiento de unas condiciones mínimas de salario y dignidad para los trabajadores.

- Blindar el acceso a la vivienda de todos los españoles.

- Garantizar una educación común para todos los estudiante de todas las comunidades autonómicas, con idénticos programas base, idénticos exámenes e idénticas tasas. 

- Blindar la Sanidad Pública, declarando contraria a la Constitución cualquier tentativa de privatizarla y/o hacer negocio con ella. Crear un Sistema Nacional de Salud real, sin diferencias de derechos entre los pacientes en función de su comunidad de procedencia

- Hacer un referéndum (pero no a la Puigdemont) cada 6 años (o los que sean, que no coincida con las generales) para demostrar cuan fieles somos a la Monarquía y cuanto nos gusta nuestro rey. Y si sale que no, pues ponemos otro y lo llamamos Presidente de la República. Aunque no creo que sea el caso dado el cariño que sale por la tele que le tenemos todos, queremos poder demostrarlo.

- Eliminar las listas de las elecciones, y que cada diputado sea responsable ante los votantes de su distrito electoral. Así la gente votaría a la persona, ya que los hay buenos y malos de izquierdas y de derechas. Se eliminaría así el servilismo en los partidos y la disciplina de voto.

- Transformar la segunda cámara en representación territorial, y que los senadores sean también elegidos directamente.

- Elección directa del Presidente, mediante voto de los ciudadanos, con dos vueltas.

- Democratizar realmente la justicia, sin intervención de los partidos en el nombramiento de los cargos en la misma.

- Eliminar las subvenciones a los partidos y sindicatos y, puesto que son tan necesarios y con tanto calado en la población, que sean financiados exclusivamente por sus afiliados y no por todos los españoles. Lo mismo para las iglesias, cualquiera de ellas y todas ellas, sin excepción.

... etc....

Porque lo que no va a pasar es que reformen según los intereses de Puigdemont (derecha catalana, no olvidemos) y no pregunten al resto de españoles, ¿Verdad?

Y en cualquier caso, que publiquen y expliquen la reforma y la sometan a referéndum, ya que decían que para que se separara Cataluña tendríamos que aprobarlo todos, ¿no? Pues el cambio de Constitución con más razón, no nos vayan a colar otro gol...

"El 2 de septiembre de 2011 el Congreso de los Diputados aprobó, con 316 votos a favor y 5 en contra, la primera reforma constitucional de calado, para introducir de forma urgente en la Carta Magna el principio de estabilidad financiera para limitar el déficit. Los síes de PP y PSOE superaron con creces los 3/5 de la Cámara o los 212 votos necesarios, pero la reforma salió adelante con el desplante del resto de grupos: CiU y PNV, presentes en el hemiciclo, no votaron, e IU, ERC, NBG, ICV y Nafarroa Bai directamente se ausentaron durante la votación." (El País 24/11/2014)

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Unidad no es uniformidad

Para entender la historia de España hay que recorrer Castilla, sus pequeñas ciudades, sus pueblos, sus paisajes, y sus castillos. Como amante de la historia, y como persona con antecesores muy castellanos, no puedo dejar de amar esa tierra, ese carácter y esa épica que todavía recorre sus rincones.

Pero España no es solamente Castilla, y de aquí parece que nos vienen históricamente muchos problemas. Hay gente, castellanos y no castellanos, que siguen en la España Imperial de la espada y de la cruz, que tiene sobre ellos el peso de las tremendas iglesias, de las vigilantes torres, el toque de las campanas y la memoria de las gestas históricas. Y piensan que para ser buen español hay que ser como los castellanos, hablar como los castellanos y creer en las mismas cosas que creen los castellanos. O que se cree en Castilla, pues muchos hay que, habiendo nacido en otras regiones y acabado en Madrid por cuestiones personales, acaban viendo las cosas de la manera imperante. Y piensan que la auténtica España es la de la Cibeles o la de Neptuno, según qué equipo de fútbol gane. De Madrid, claro.


Perdura aún, o parece, la huella de aquellos libros de historia de nuestra infancia en los que se glosaban las glorias de los españoles, pero se ignoraba la historia del Reino de Aragón, o la de cualquier otro reino que acabó fundido y confundido por las élites gobernantes en aquello que fueron "Las Españas" y acabó siendo "España", por muchos años propiedad de una monarquía y/o de una minoría que negociaba con ella y a costa de ella (¿Por qué hablo en pasado?).

Me parece muy respetable que haya personas que se emocionan con su bandera o con su himno, pero me parece muy peligroso que con esas envolturas se pretenda obligar a otros a sentir lo mismo, o a sentirlo de la misma manera. Un gallego, un vasco, un catalán, un valenciano, un andaluz, son tan españoles como cualquier otro. Y pueden ser muy españoles sintiéndose muy gallegos, o muy catalanes, o muy valencianos... Evidentemente, si a alguien le obligan a renunciar a su lengua, sus leyes y sus costumbres, no resulta muy invitado a sentir cariño por la "Patria" que se lo quita, y más si esto es por una derrota militar. (Ver: Decretos de Nueva Planta)

Existió, por ejemplo, un Reino de Valencia (los derechones que tanto defienden la banderita azul no se acuerdan de estas cosas, porque la derecha valenciana ha mirado siempre a Madrid, de ahí la diferencia sociológica con Cataluña) para el cual, junto con los otros territorios conquistados, Felipe V decreta lo siguiente el 29 de Junio de 1707: (De Wikipedia)

"He juzgado por conveniente, así por esto, como por mi deseo de reducir todos mis Reinos de España a la uniformidad de unas mismas leyes, usos, costumbres y tribunales, gobernándose igualmente todos por las leyes de Castilla, tan loables y plausibles en todo el universo, abolir y derogar enteramente como desde luego doy por abolidos y derogados todos los referidos fueros, privilegios, prácticas y costumbres hasta aquí observadas en los referidos reinos de Aragón y Valencia, siendo mi voluntad que éstos se reduzcan a las leyes de Castilla y al uso, práctica y forma de gobierno que se tiene y ha tenido en sus tribunales, sin diferencia alguna en nada, pudiendo obtener por esta razón igualmente mis fidelísimos vasallos castellanos oficios y empleos en Aragón y Valencia, de la misma manera que los aragoneses y valencianos han de poder en adelante gozarlos en Castilla, sin ninguna distinción; facilitando Yo por este medio a los castellanos motivos para que acrediten de nuevo los afectos de mi gratitud, dispensando en ellos los mayores premios y gracias tan merecidas de su experimentada y acrisolada fidelidad, y dando a los aragoneses y valencianos recíprocas e igualmente mayores pruebas de mi benignidad, habilitándolos para lo que no están en medio de la gran libertad de los fueros que gozaban antes y ahora quedan abolidos."

Es decir, que además nos hacía un favor, el chaval, después de saquear y quemar unas cuantas ciudades y matar a bastante gente.

Retrato de Felipe V en Xátiva
Guerra de Sucesión en Valencia
Guerra de Sucesión en Cataluña
Resultando que por orden de un monarca francés, nieto de Luis XIV, absolutista total, los vencidos han de pasar a ser como los castellanos que le habían ayudado. La suerte de las armas hizo que no hubiera sido al revés y, miren ustedes, los toledanos o los madrileños no estén ahora hablando catalán o plantando fallas. Entonces... ¿Qué milonga de España Eterna nos venden los medios oficiales? ¿Se cree la gente de verdad que con Los Reyes Católicos todo el territorio se uniformizó y se hizo feliz? El problema no es que la gente no lea, sino lo que se le da para leer lo poco que lee, o  para ver por televisión. Se escandalizan muchos de que los planes de enseñanza de los niños catalanes han llevado al odio a España y al sentir independentista. Y lo hacen los que se criaron con los libros del franquismo y las glorias de la raza.

¿Estoy defendiendo el independentismo? No, oigan. Estoy denunciando el paletismo, el desprecio, por ejemplo, que mucha gente en España tiene a los otros idiomas oficiales que no son el castellano, y que desde su miopía tratan como "dialectos" o "un español mal hablado". Y eso es que en el  fondo los rescoldos franquistas quedan. Y no vamos a hablar de que la Guerra Civil fue otra "reconquista" militar de Cataluña y de Valencia, con el resultado de la total prohibición de la lengua y la expresión en ella, (entre otras cosas) excepto para "cosas floclóricas".

Un estudio de la historia nos lleva a relativizar las pasiones. Y no hay que olvidar que las "Patrias" actualmente europeas son ni más ni menos que los territorios de una dinastía o dinastías reinantes. Poco tuvieron que ver los pueblos con la definición de sus límites, y durante muchos siglos unos han tenido que matar a otros según a qué lado de la raya habían quedado en aquel reparto. Mas aún: durante la Guerra Civil mucha gente no pudo elegir bando, todo dependió si en su zona había triunfado la rebelión o no. Por tanto, habrá que pensárselo mucho antes de  envolverse en una bandera para dar mamporros al otro y obligarlo a reverenciarla. Cualquiera que sea.

Durante muchos años, muchos lo hemos vivido, Guinea Española y El Sahara fueron "parte del territorio patrio". Y en un momento determinado de la historia, sin haber ni siquiera una constitución que cambiar, esos sacrosantos territorios de la Patria (con los que negociaban prohombres del régimen, todo hay que decirlo) pasaron a otros tiranos. Y aquí, todos disimulando aunque muchas personas que hasta entonces eran españoles las estaban pasando canutas. Algún legionario lleva todavía el dolor de aquel abandono.

Otro tema para pensar es cómo se asocia el concepto de España a la distribución de la propiedad, o a los parámetros sociológicos de la "región". Podemos pensar que allá donde perduró el latifundismo y más potente se hizo el dominio de la iglesia y las aristocracias locales más queda ahora una misma idea. Os invito a pensar en ello, para no hacerlo muy largo.

Conclusión: Si de verdad queremos conservar España, toda España, habrá que separar unidad de uniformidad. Habrá que aceptar distintas formas de ser español, que las hay. Y sin separaciones ni radicalismos ni sinvergüenzas que pretendan ocultar sus corrupciones entre banderas.

viernes, 5 de mayo de 2017

¿Libertad de enseñanza?

Una de las peores cosas que puede hacer, y acaba necesarias haciendo casi siempre, un gobierno de izquierdas es tocarle los privilegios a la iglesia católica u organizaciones paralelas. Entonces se levantan las furias de las masas adoctrinadas y cunden mensajes para defender la cruz en la declaración de hacienda o la "libertad de enseñanza", como es el caso de la manifestación convocada en Valencia para el próximo sábado. Esto pasa periódicamente, cada vez que la Consellería ha de redistribuir los dineros de los fondos concertados.

Cada vez que la Iglesia (u organizaciones paralelas, las incluimos en el concepto general) tiene que defender sus intereses los disfraza hábilmente, como ha hecho en los últimos más de dos mil años, de buenas palabras que atienden a libertades fundamentales y a los más profundos sentimientos de la gente. Pero no nos engañemos: Se trata de mantener el flujo de dinero a unos colegios privados, en los cuales se pretende que con el dinero de todos los ciudadanos se pague una formación cargada de ideología que garantiza no sólo los ingresos actuales sino el adoctrinamiento de futuras generaciones para que vean como normal y colaboren en lo posible en el mantenimiento y engrandecimiento de la influencia de la Iglesia católica no sólo en sus vidas, sino en las de todos.

Nadie ataca la libertad de enseñanza. Esto es una falacia. Quienes quieren educar a sus hijos en una ideología determinada pueden llevarlos al colegio que quieran, pero pagándolo. Pero claro, en un país en el que se financia a una iglesia con el dinero de todos se ve como natural que sus colegios se paguen con el dinero de todos.

Es comprensible que en aquellos lugares a los que no llega la enseñanza oficial se concierte con colegios privados. Pero aquí, durante los años de saqueo del PP, ha pasado como con la Sanidad: Se ha penalizado la enseñanza oficial para promocionar y pagar conciertos con colegios privados que, en algunos casos, mire usted, hasta facturaban horas y nóminas de más, todo muy religiosamente y por la libertad de las familias. (¿Están cometiendo ilegalidades los colegios concertados?, por ejemplo)

Y resulta que ahora en que el gobierno actual sí que habilita fondos para que haya plazas oficiales, se coge a la libertad y a los empleos de los profesores como rehenes. Las familias católicas, al parecer, asocian la libertad de enseñanza a que se subvencione el colegio de sus hijos. ¿Pensarían lo mismo si se subvencionarán colegios budistas, del partido comunista, o instituciones anarquistas? ¿Obligarían los curas a salir a la calle a sus profesores y a los padres de sus alumnos, amenazándoles con el paro y la corrupción de sus hijos en colegios laicos si no les fuera la pasta en ello?

Hay que reconocer que saben hacerlo, y que transforman sus intereses en temas morales, en los que opinar diferente es casi una herejía. Seguro que este artículo me genera cantidad de respuestas o wassaps sobre lo buena que es la Iglesia y lo bien que gestiona los dineros. Pues vale: El día que la iglesia tenga una embotelladora de refrescos (que igual ya la tiene) habrá que subvencionarla también? ¿Y una fábrica de uniformes para colegios?

Me confesaba una mamá convencida de un colegio de esos de niñas con faldas a cuadros que desde que su colegio había obtenido el concierto seguían pagando lo mismo o más, pero en conceptos como calefacción, trabajos manuales, etc. ¿Esto es libertad de enseñanza? Que digan claro que es lo que defienden, y hagan las manifestaciones que quieran pero con la verdad por delante.

Como ya dijo Don Quijote: "Con la Iglesia hemos topado". Y es que a la jerarquía católica española no se le tocan las pelas, o los euros.

martes, 25 de octubre de 2016

El activismo político del corazonismo balompédico

La democracia se basa en el derecho de cada persona a expresar sus preferencias mediante su voto, y que este su voto tenga el mismo valor que el de cualquier otro ciudadano, sea cual sea su estado, género, nivel social, etc.

Esto, indiscutible aquí, puede llevar a que algún que otro partido político concluya que es más rentable convencer a muchos de los que tengan poca formación y mala información (o incluso mantenerlos en este estado), con lo que indudablemente disminuye su potencialidad crítica, frente a aquellos que tienen más posibilidad de juzgar y criticar no solamente sus mensajes, sino sus hechos. Si a esto le añadimos unas campañas electorales dirigidas por especialistas en configurar la opinión pública, tenemos que matemáticamente si un partido arrastra a un número importante de personas en estas condiciones tendrá ganadas las elecciones. ¿Os suena?

Una vez llegados al poder, o una vez con poder suficiente para controlar los medios de comunicación de masas, lo que va a interesar es difundir un modo de pensar que responda al tipo de sociedad sobre la que se apoya tal partido o tal grupo de poder. Es, pues, un circuito cerrado en el que quien tiene el poder puede manipular más y mejor a quienes le van a votar para que continúe o acumule más poder. La configuración ideológica de la sociedad es, así, una manera segura de garantizarse no solamente tal permanencia, sino una mentalidad mayoritaria adormecida ante posibles injusticias y corrupciones del partido manipulador.

En esto interviene el principal medio de control de masas, que es actualmente la televisión. Eso que ha sustituido en el papel del “Opio del pueblo” marxista a una Iglesia en decadencia ya porque, esencialmente, está dejando de ser útil a las oligarquías que la han utilizado durante siglos para el control y gestión de la manipulación. Y si se mantiene un poco en el candelero es porque ella misma, como institución, es históricamente parte de esa jerarquía manipuladora, durante siglos a través de púlpitos y ostentando casi el monopolio de la enseñanza y ahora mediante el tímido acceso a unos medios de comunicación de masas que no sabe gestionar puesto que su público ya puede acceder a más información que la que la propia Iglesia filtra.

Volviendo al tema de la televisión, no es solamente a través de programas “políticos” como pueden ser tertulias, reportajes, etc., como se realiza tal manipulación, que también. En estos puede existir una actitud de “aviso” a los telespectadores, además de que el público que los ve  ya tiene una cierta formación e información, y la masa manipulable los ve “aburridos” en general.

Es a través de los programas “de entretenimiento” como se realiza tal sutil modelación de la mente mayoritaria. Hay que analizar los programas de la mañana de TV1, por ejemplo, dirigidos a un público preferente de amas de casa, pensionistas, etc. a los que se les va confirmando una mentalidad conservadora y casi retrógrada mediante programas pseudo-informativos que se regodean en noticias truculentas, en historias dramaticonas y en anunciar peligros cercanos al entorno de las/los televidentes. Se aplica así la primera norma de la manipulación televisiva que es el desarme del super-ego mediante emociones primarias para introducir, inmediatamente después, el mensaje.

El paradigma, no en balde al final de la mañana, que es la hora de máxima audiencia en espera del NoDo-Telediario (El NoDo era más honrado, pienso) es el programa llamado “Corazón, Corazón”, que esencialmente trata los asuntos de otra parte del organismo con líneas fundamentales tan esenciales como:
  • -        “Suenan campanas de boda”
  • -        “Fulanita y Menganito se casan/divorcian/reencuentran…
  • -        “Menganita está sola y no tiene novio” (Como horrorizándose por el futuro así)
  • -        “Menganito se ha separado hace poco y su corazón ya pertenece a otra”
Fórmulas como estas, aplicadas a una retahíla inacabable de famosos que viven generalmente de este cuento y en el que lo más terrible es el nivel de cursilería de los comentarios y preguntas de las/los reporteros/as (las, generalmente) están enmarcados en un servilismo patético cuando se habla “de la Nobleza” y se cuentan vidas y milagros de esas gentes tan guapas a las que el personal quiere tanto.

Esto es lo revolucionario, esto es lo activamente político. Día a día, rincón a rincón de la programación. No hay más que ver los telediarios, que cada vez se parecen más a un magazine de periódico carca dominguero: Un poco de política nacional, ya se sabe. Unos niños heridos por un bombardeo de los rusos o de otros malos, unas Ong salvando a gente, dramas lejanos, aquí no se pasa necesidad. Y las mismas noticias de secuestros, crímenes, accidentes, contadas varias veces, dramatizadas…

Y fútbol, mucho fútbol, Ronaldo, Messi, lo que haga falta, las veces que haga falta. Somos fútbol, el país es fútbol, España es fútbol. Puedes estar en paro, sin un duro, pero no te pierdas el partido, no vaya a ser que al día siguiente nos sepas de que hablar.

La tesis de esto es, como veis, que el resultado de unas elecciones, la evolución del país, no se deja solamente para las campañas electorales: Se va configurando la sociedad mediante el modelado cuidadoso, constante e imparable del substrato cultural (por decirlo de alguna forma) de una mayoría que se quiere y se pretende conservar manipulable, de forma que ya no exista conciencia de clase, sino madridistas, del atleti… (del Barça no, que no son muy obedientes) y ahora seguidores de los pseudo-heroes que nos va montando la tele: Bisbalistas, Chenoistas…. En resumen, una manipulación planificada, elaborada, realizada por profesionales e implacable.

Dejaremos para otro día el tema de la Internet y el esfuerzo para seguir controlando un tema que de momento se les escapa un poco, pero no mucho.

Espero que os haya parecido interesante. Desde luego, hay mucho más de qué hablar sobre este tema, pero ya es tarde.

Buenas noches.

El activismo político del corazonismo balompédico

La democracia se basa en el derecho de cada persona a expresar sus preferencias mediante su voto, y que este su voto tenga el mismo valor que el de cualquier otro ciudadano, sea cual sea su estado, género, nivel social, etc.

Esto, indiscutible aquí, puede llevar a que algún que otro partido político concluya que es más rentable convencer a muchos de los que tengan poca formación y mala información (o incluso mantenerlos en este estado), con lo que indudablemente disminuye su potencialidad crítica, frente a aquellos que tienen más posibilidad de juzgar y criticar no solamente sus mensajes, sino sus hechos. Si a esto le añadimos unas campañas electorales dirigidas por especialistas en configurar la opinión pública, tenemos que matemáticamente si un partido arrastra a un número importante de personas en estas condiciones tendrá ganadas las elecciones. ¿Os suena?

Una vez llegados al poder, o una vez con poder suficiente para controlar los medios de comunicación de masas, lo que va a interesar es difundir un modo de pensar que responda al tipo de sociedad sobre la que se apoya tal partido o tal grupo de poder. Es, pues, un circuito cerrado en el que quien tiene el poder puede manipular más y mejor a quienes le van a votar para que continúe o acumule más poder. La configuración ideológica de la sociedad es, así, una manera segura de garantizarse no solamente tal permanencia, sino una mentalidad mayoritaria adormecida ante posibles injusticias y corrupciones del partido manipulador.

En esto interviene el principal medio de control de masas, que es actualmente la televisión. Eso que ha sustituido en el papel del “Opio del pueblo” marxista a una Iglesia en decadencia ya porque, esencialmente, está dejando de ser útil a las oligarquías que la han utilizado durante siglos para el control y gestión de la manipulación. Y si se mantiene un poco en el candelero es porque ella misma, como institución, es históricamente parte de esa jerarquía manipuladora, durante siglos a través de púlpitos y ostentando casi el monopolio de la enseñanza y ahora mediante el tímido acceso a unos medios de comunicación de masas que no sabe gestionar puesto que su público ya puede acceder a más información que la que la propia Iglesia filtra.

Volviendo al tema de la televisión, no es solamente a través de programas “políticos” como pueden ser tertulias, reportajes, etc., como se realiza tal manipulación, que también. En estos puede existir una actitud de “aviso” a los telespectadores, además de que el público que los ve  ya tiene una cierta formación e información, y la masa manipulable los ve “aburridos” en general.

Es a través de los programas “de entretenimiento” como se realiza tal sutil modelado de la mente mayoritaria. Hay que analizar los programas de la mañana de TV1, por ejemplo, dirigidos a un público preferente de amas de casa, pensionistas, etc. a los que se les va confirmando una mentalidad conservadora y casi retrógrada mediante programas pseudo-informativos que se regodean en noticias truculentas, en historias dramaticonas y en anunciar peligros cercanos al entorno de las/los televidentes. Se aplica así la primera norma de la manipulación televisiva que es el desarme del super-ego mediante emociones primarias para introducir, inmediatamente después, el mensaje.

El paradigma, no en balde al final de la mañana, que es la hora de máxima audiencia en espera del NoDo-Telediario (El NoDo era más honrado, pienso) es el programa llamado “Corazón, Corazón”, que esencialmente trata los asuntos de otra parte del organismo con líneas fundamentales tan esenciales como:
  • -        “Suenan campanas de boda”
  • -        “Fulanita y Menganito se casan/divorcian/reencuentran…
  • -        “Menganita está sola y no tiene novio” (Como horrorizándose por el futuro así)
  • -        “Menganito se ha separado hace poco y su corazón ya pertenece a otra”
Fórmulas como estas, aplicadas a una retahíla inacabable de famosos que viven generalmente de este cuento y en el que lo más terrible es el nivel de cursilería de los comentarios y preguntas de las/los reporteros/as (las, generalmente) están enmarcados en un servilismo patético cuando se habla “de la Nobleza” y se cuentan vidas y milagros de esas gentes tan guapas a las que el personal quiere tanto.

Esto es lo revolucionario, esto es lo activamente político. Día a día, rincón a rincón de la programación. No hay más que ver los telediarios, que cada vez se parecen más a un magazine de periódico carca dominguero: Un poco de política nacional, ya se sabe. Unos niños heridos por un bombardeo de los rusos o de otros malos, unas Ong salvando a gente, dramas lejanos, aquí no se pasa necesidad. Y las mismas noticias de secuestros, crímenes, accidentes, contadas varias veces, dramatizadas…

Y fútbol, mucho fútbol, Ronaldo, Messi, lo que haga falta, las veces que haga falta. Somos fútbol, el país es fútbol, España es fútbol. Puedes estar en paro, sin un duro, pero no te pierdas el partido, no vaya a ser que al día siguiente nos sepas de qué hablar.

La tesis de esto es, como veis, que el resultado de unas elecciones, la evolución del país, no se deja solamente para las campañas electorales: Se va configurando la sociedad mediante el modelado cuidadoso, constante e imparable del substrato cultural (por decirlo de alguna forma) de una mayoría que se quiere y se pretende conservar manipulable, de forma que ya no exista conciencia de clase, sino madridistas, del atleti… (del Barça no, que no son muy obedientes) y ahora seguidores de los pseudo-heroes que nos va montando la tele: Bisbalistas, Chenoistas…. En resumen, una manipulación planificada, elaborada, realizada por profesionales e implacable.

Dejaremos para otro día el tema de la Internet y el esfuerzo para seguir controlando un tema que de momento se les escapa un poco, pero no mucho.

Espero que os haya parecido interesante. Desde luego, hay mucho más de qué hablar sobre este tema, pero ya es tarde.

Buenas noches.

domingo, 22 de mayo de 2016

Libro recomendado: Secretísima Instrucción

Descubrí este "Manual de estrategia política en la Europa moderna" en la reciente Feria del Libro de Valencia. Me llamó la atención el título dentro de mi filia por los libros "maquiavélicos" en el sentido de consejos para la gestión de un reino, o mejor, de un reinado. Y tuve la suerte de tener frente a mi a Kilian Cuerda, erudito gracias al cual nos ha llegado este interesantísimo manuscrito, que me contó con deleite cómo había llegado hasta él y abrió en mí el interés por disfrutarlo.

El libro se nos queda corto, y como todos los libros interesantes se nos acaba cuando ya estamos "calientes" y queremos continuar aprendiendo. Tenemos un europeísta y vivido prólogo de Ana Noguera, que se implica con pasión en la defensa de esa Europa cultural con la que tantos queremos converger, y  la introducción de Killian nos prepara muy bien para la lectura de la traducción del manuscrito, de forma que cuando llegamos a la misma podemos disfrutar, perfectamente ubicados, de la sabiduría, astucia y retorcimiento de la política europea en la época de la Guerra de los 30 Años, episodio histórico del que me considero insuficientemente informado como, entiendo, gran parte de europeos y que es esencial para el entendimiento de nuestra Europa actual. Está claro que, en cuanto a mala uva, no hay nada nuevo en política y aún los actuales políticos europeos podrían aprender mucho. Tampoco estaría de más que en los ciudadanos cundiera el conocimiento de las artes con las que nos gobiernan, para que veamos con quienes tratamos.

Otra cosa que me ha gustado mucho son las referencias bibliográficas. Conseguirá que acabe leyéndome Aspects of political relations between Transylvania and the Polish-Lithuanian Union between 1613 AND 1618, que la verdad sea dicha, aún no he leído ;-). Puede ser mucho más cercano el "Breviario de campaña electoral" de Marco Tulio Cicerón, que seguro que mis correligionarios bibliófilos como Antonio Penades y sus seguidores del Club de Lectura Penadés y del Museo L'Iber se conocen bien. Y evidentemente, menciona como toca a lo largo del libro al maestro Maquiavelo, de cuyo "El Príncipe" comentado por Napoleón guardo amorosamente una antigua edición de Austral en la que todavía consulto con deleite los comentarios de Napoleón. Vaya peña.

En cualquier caso, hay que felicitar a estos militantes confesos del PSPV, Ana y Killian, su aportación a este ilustrado amor por Europa, y alegrarnos de que trascienda la labor de las bases de los partidos, cuando tanto hay que complementar la imagen que nos dan algunos de sus líderes.

No les vendría mal a más de uno leerse estos libros, e incluso asimilarlos para bien de todos. Al final, puestos a vivir entre maldades, bueno es saberse la teoría para no ser víctima de ellas.

lunes, 16 de noviembre de 2015

CLASES DE MUERTOS

Toda muerte es lamentable, toda agresión condenable, especialmente las que se hacen sobre personas indefensas. Todos somos París, como fuimos Madrid, o Londres, o N.York. Pero también somos Líbano, y Siria, y tantos otros sitios... Parece ser que quienes sienten tanta ansia de defender los valores cristianos del imperio de Occidente se olvidan de cosas como esta:

(San Mateo, Capítulo XXV)

37 Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te sustentamos?, ¿o sediento y te dimos de beber?

38 ¿Y cuándo te vimos forastero y te recogimos?, ¿o desnudo y te cubrimos?

39 ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?

40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de éstos, mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

41 Entonces dirá también a los que estén a la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;

43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis.

44 Entonces también ellos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o forastero, o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te servimos?

45 Entonces les responderá, diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.


Ni San Mateo ni Jesucristo dicen que tales necesitados habían de ser de una sola etnia, o de un sólo país, o de un solo bando... Y no conocían los bombardeos, al menos Mateo. Lo hubieran puesto, imagino.

Desde pequeñitos hemos ínterinizado que hay distintas clases de muertos: En las pelis, en las series de televisión, etc, vemos cómo no hay problema en que el héroe (o heroína, que ahora hay que atender a las modas y cubrir todos los mercados) se deshace sin problemas de centenares de "malos", a los que mata en casi más número que balas tiene su arma, o cómo perecen en tremendas explosiones preparadas por un Tom Cruise o similar cuya misión imposible sería puro terrorismo si lo miráramos del otro lado, pero de este lado de la peli son operaciones magistrales de espionaje internacional, o lo que sea. Y ganan los buenos y aplaudimos, aunque nadie nos explica qué hacen con los cientos de cadáveres que dejan por las calles.

En las películas del oeste, los John Wayne de turno mataban a indios lejanos que se movían rápidamente a caballo con un único disparo de pistola, cuando quien ha disparado un revolver de esos sabe lo difícil que es dar a algo quieto y cercano. Mueren a centenares los de relleno. Incluso en las de guerra sabíamos que el amigo negro del chico la iba a cascar: No se podía ser negro y salir de risitas, hombre. Los amigos del chico tenían familia, novia que les esperaba, etc. (si es negro, novia negra, claro). Los otros no, se morían y ya está, por malos.

También en las pelis atroces de chinos que veíamos en  los 70 y aún en las de ahora hay "chinos de un solo golpe", otros de varios e incluso el supermalo que aguanta lo indecible, el cabrón. Vi una en la que el malísimo se tiraba media película con un sable tremendo atravesado en el tórax, corriendo por la playa y peleando como un fiera. La medicina china puede ser eficaz, pero tanto.... El bueno, sin embargo, aguanta las palizas más inimaginables y, tras dejar atrás un montón de cadáveres, acaba con el malo, porque es el de los "n golpes + 1". O sea, que el último lo des tú.

Siempre me ha admirado que en las películas de catástrofes, generalmente americanas que son quienes nos venden los catecismos filmicos para formarnos mientras nos distraemos, cuando comunican que hay tropecientos muertos siempre hay alguien que pregunta "¿Hay algún americano entre ellos?". Si no hay, pues vale. Si hay, la caña está lista. Los muertos americanos tienen más peso, está claro. Habría que ver si en un futuro no se analiza nuestra "cultura" interpretando los grandes multicines como templos de adoctrinamiento a los que los jóvenes y familias acudían sedientos a recibir las "lecciones" de los Dysney, Spielberg, Pixar y demás transmisores de consignas subliminales. La creación del occidente actual, de su modo de pensar y de reaccionar, no se explicaría sin la influencia de las películas y de la televisión. Y si no, fijaros cuando se acercan los ciclos históricos y se nos pretende "orientar correctamente" cómo resurgen determinados tipos de filmes. Además de la coña de que antes los malos hablaban "en russio", luego en "aleman ogiental", luego en coreano del norte... Incluso hubo algunas películas en las que los malos eran sudafricanos, de los del Apartheid. Ahora son todos terroristas musulmanes, combinados con coreanos y con capos de la droga sudamericanos, por supuesto.

Y no pretendo frivolizar con temas tan serios como los de la actualidad, ni mucho menos, sino poner un poco de análisis ante tanta emotividad, explicable pero peligrosa, puesto que veo en las redes comentarios feroces de gente que ya, por las fuentes en las que se informan, parecen estar preparadas y predispuestas para responder a la barbarie con más barbarie. La historia de la humanidad. Tenemos entre nosotros demasiado fascista latente dispuesto a perseguir al moro, al negro, al comunista, al intelectual, a los de las coletas y al que sea. El caso es perseguir, tener alguna razón para descargar en forma de violencia nuestra frustración, y hay que encontrar la cabeza de turco, aunque el pobre turco pasara por allí sin enterarse.

Parece algo tribal, quizás relacionado con la supervivencia, posiblemente: Las muertes lejanas las vemos como algo natural, que nos afecta poco. Las cercanas nos van preocupando hasta que se hacen inmediatas. No es lo mismo ver que mueren los amigos de tus padres, por ejemplo, que ver que mueren los tuyos: el fantasma se acerca. Ver una bomba en el Líbano nos parece un disparate. Verla en la calle de al lado nos acojona seriamente. Es natural: el instinto de supervivencia se ve más amenazado. Cuando atacan a los míos la cosa se pone mal, habrá que desenterrar el hacha de guerra. Recuerdo aquella experiencia surrealista en la que la CIA (o similar) con el rey de Marruecos (no con el gobierno, al parecer) prepararon el evento aquel de Perejil para que nuestro caudillito Aznar luciera como defensor de las esencias patrias y de los valores de Occidente. (No sabremos nunca cuanto nos costó, como la medalla que le dio el Congreso norteamericano). Esto hizo resurgir en los españolitos las esencias de la Reconquista y de muchos siglos de lucha contra "los moros", y incluso tratándose de líder tan repelente todos nos hubiéramos enlazado en la caña, puesto se se nos atacaba el subconsciente. Afortunadamente, la cosa estaba diseñada con solución rápida enviando las COE (hubo quien sugirió que se hizo así porque se pensaba que si se enviaba a La Legión directamente igual recuperaban el Sahara en el mismo envite, y de allí la quitaron para pasar a otros los fosfatos, eso ya no era lo pactado). Esto permitió encajar la invasión de Irak en un contexto favorable para sus defensores y tapó un poquito las vergüenzas de los 62 militares muertos en  el Yak 42. Estos también parecieron muertos de tercera, por más que fueran de los nuestros y fueran a defender al gobierno que así los trató. A estas muertes se les dio menos cobertura por los medios de información que a otras, cuestión de intereses. Y no pasó nada, fue un accidente, como el del Metro de Valencia o el del Alvia de Santiago. Cosas de la política.

Podemos ver nuestras programaciones internas en la reacción ante los noticiarios: Si muere un emigrante, pobre, no ario, y quizás de otra religión, nos sabe más o menos mal según nuestra sensibilidad, y algún cafre puede llegar a pensar eso de "no haber venido". Pero si muere un turista alemán, o noruego (lo del balconning de los ingleses lo tenemos asumido) ya nos parece la cosa más seria, no vayan a ser que sus gobiernos se enfaden.... Y si muere un americano, casi tememos que venga el 7º de caballería. Y es que los arquetipos, los esquemas que se nos van introduciendo nos afectan mucho más de lo que creemos. Como lo del Ébola, una cosa es que murieran negros, mire usted, o incluso algún que otro de alguna ONG (Para qué se meten, los progres esos, ya saben a lo que van) que un cura. Al cura hay que salvarlo, que eso da votos e igual los cardenales abogan aún más por nuestro partido desde los púlpitos o desde la tele, que viene a ser lo mismo pero en moderno. Se ha dejado morir muchos curas españoles en otras circunstancias, pero serían contestatarios o no interesaría salvarlos en su momento, o ambas cosas.

Siempre me ha admirado, como estudioso de la historia militar, el hecho de que millones de personas se dejen arrastrar a la guerra, y que incluso interinicen canciones y consignas de culto a la muerte y crean que luchan por su patria cuando lo que en realidad están defendiendo son políticas económicas, imperialistas, de las que otros se beneficiarán cuando ellos estén destrozados en una fosa común. Obviamente, todo tiene su lectura, puesto que hay veces en las que realmente hay que luchar para defenderse de las injusticias. No luchaban lo mismo los partisanos rusos cuando las SS arrasaban sus pueblos, o los soldados alemanes cuando los rusos entraban en su país violando indiscriminadamente, que los soldados americanos en Vietnam, por ejemplo, la mayoría de los cuales no sabían por qué estaban allí, o no lo compartían. La historia se ve según en el lado del fusil en el que estés: Por la parte de la culata, o por la de la bayoneta. Los héroes guerrilleros de la independencia española eran bandoleros para las tropas de ocupación francesas, y como tal los ahorcaban. Los bravos soldados franceses defensores de la Revolución y que llevaban a Voltaire en sus mochilas resultaron ser, en su mayoría, salvajes saqueadores como cualquier otro ejército de la época, como atestiguan centenares de nuestros conventos, pueblos y narraciones.

Recientemente he visto un documental de la BBC sobre los bombardeos sufridos por las ciudades inglesas durante la II Guerra Mundial. Era impresionante cómo, entre las ruinas, los ciudadanos que habían sufrido las muertes de sus seres queridos clamaban para que se castigara con mucha más ferocidad a los civiles alemanes. Quizás sea la tendencia natural para equilibrar la balanza: Yo tengo que matar a más de los tuyos que tú de los míos, porque si no me quitarás la comida. ¿Atavismos primitivos? ¿Venganza? ¿Cerebro reptiliano? En cualquier caso, centenares de miles de civiles indefensos murieron en una guerra en la que no querían estar, posiblemente obedeciendo a un tirano que era el primero en ejecutarlos en caso contrario. Como ahora, vamos. Hay veces que retrocedemos muchos siglos de civilización, si es que hemos avanzado en algo más que en la eficiencia de las armas.

¿A dónde quiero ir a parar? Pues evidentemente, a que estamos condicionados en nuestros juicios, a que es muy difícil mantener un pensamiento absolutamente racional en circunstancias como estas debido a que estamos marcados por nuestras programaciones internas, nuestros subjetivismos y las influencias que nos rodean. Es lo que nos convierte en masa maleable por parte de aquellos que conocen los mecanismos de funcionamiento de estas maleabilidad, que están muy estudiados. Todos pensamos que llevamos razón, pero el peligro es cuando se califica de traidor a quien llama al sosiego, cuando se ve como amenaza al que no pide violencia contra la violencia, cuando el que se siente agredido en su inocencia encuentra justificación para volverse tan salvaje como el agresor, y cuando quien no sigue a pies juntillas los dictados de la corriente, de los medios, se torna en sospechoso. Cuando reflexionar es peligroso, el terrorismo ha ganado.

Permitidme que termine, con todos los respetos por el tema, con una de las magistrales canciones de Mª Dolores Pradera: De primera, segunda y tercera.

viernes, 12 de junio de 2015

ORGANIZACIÓN, INFORMÁTICA Y POLÍTICA

Uno, que entró en la Generalitat Valenciana prácticamente cuando la estaban poniendo, proveniente de la Informática del entonces Insalud y previamente de distintas multinacionales, y que ha visto nacer y evolucionar la informática en la misma, no puede evitar un cierto escepticismo ante los diferentes cambios de poder – y este que viene es notable – y, con muchos trienios y casi acariciando la jubilación, cree casi obligatorio exponer estas reflexiones, a ver si  alguien con posibilidad de actuación se las lee y compartiendo el tema, piense que vale la pena tenerlas en cuenta y hacer algo al respecto.

En la primera empresa de informática en la que empecé, allá por 1975, ya  me enseñaron una máxima inglesa que, traducida de forma contundente, dice que “Cuando se informatiza una mierda, lo más que se obtiene es una mierda informatizada”. Quiere esto decir que, si no tenemos un proceso organizado, optimizado y probado, es absurdo invertir en poner ordenadores y hacer aplicaciones porque lo más que se va a obtener es que esa informatización evidencie el caos de forma más rápida y contundente.

Cuando comenzó la Generalitat socialista, con la ilusión de aquellos momentos de hacer las cosas con proyección de futuro y la creencia de que se podía y debía actualizar los procesos administrativos con una visión ambiciosa, global y de amplio recorrido, se creó la “Dirección General de Organización y Sistemas de Información”, (De la que al parecer todavía queda algún superviviente perfilándose en el horizonte, cual Ave Fenix, que conociéndole sabemos que no confundirá la incombustibilidad con la infabilidad) con la intención, dentro del más sensato sentido común, de que antes de los procesos de informatización fueran los de organización. Y detrás había una voluntad de las jerarquías administrativas que controlaban tales procesos. O debía haber, puesto que tan brillante idea se disolvió en el marasmo de las inercias de una burocracia digamos perezosa y los manejos de quienes no querían ceder parte de su poder ni evidenciar su práctico desconocimiento de aquellos procesos que supuestamente debían manejar, o su incapacidad para poner orden y concierto entre sus subordinados, o la sumisión a determinados intereses que medran mejor en el descontrol.

Durante estos años hemos visto cómo la evolución informática ha estado sujeta a vaivenes políticos. Demasiado sujeta. Y dependiendo demasiado de los antojos y deseos de venta de grandes proyectos que, sin llegar a decir que fueran innecesarios, a lo mejor debían de haber sido planteados de otra forma para beneficiar más y mejor a la propia Administración y menos a los intereses de partidos, personajillos y no digo ya empresas con las que se tiene algún compromiso. Eso no lo voy a decir.

La Informática es una infraestructura. Lo que hace años era una “modernización” ahora es una necesidad. Y hay que crear las redes de comunicaciones, bases de datos, flujos de los mismos, etc., con una visión de futuro y, por decirlo así, de Estado. Es aberrante que servicios que hacen lo mismo tengan distintas aplicaciones informáticas, por ejemplo.

Imaginemos que se decide hacer un Ave hasta la ciudad X (evidentemente, saliendo de Madrid, que aquí todo empieza y acaba en Madrid). Y que a la mitad de camino, cuando están ya las vías puestas, se decide que vaya por otro sitio. Y se tiran las vías, las obras y las horas de trabajo de un montón de personas. O que cuando está hecho, el alcalde de X decide que no se use, que es una cosa que decidió el alcalde anterior, que era de otro partido o, lo que es peor, del suyo propio. O que los usuarios deciden que no les gusta el color del tren, y que se lo cambien porque si no no lo usan.

Pues cosas como esa hemos visto todos los informáticos, seguro. Inversiones millonarias en contratos de empresas y/o horas de trabajo de los técnicos de la casa (el importe de estas nunca se tiene en cuenta, parece que nadie las pague) que se van al traste porque cambian el director general, el jefe de servicio o porque determinados usuarios “potentes” deciden que no van a usar ese programa, que van a seguir como antes, por la razón que sea (inercias, que se visualicen cosas que no les interesan, o quizás el mismo color de la pantalla, oigan, que hay gente que alega cualquier cosa).

Terrible es cuando llega el momento de reorganizar las consellerías, para repartir de otra forma el poder o para recolocar a algún paracaidista. El corta-pega de servicios, la invención de nombres altisonantes para describir que se hace lo mismo, o para tapar que no se sabe lo que se hace, ocasionan la pérdida, además de una suma considerable en membretes, traslados y compra de muebles nuevos (cuanto más incompetente es el político, más caros necesita los muebles, ¿os habéis fijado?) en aplicaciones informáticas que van a dejar de usarse por alguna buena razón. Y se vuelve a lo que se quería evitar: Duplicar datos, complicar procesos y multiplicar costes. Todo por la desorganización o, lo que es peor, la subordinación de la organización a las veleidades de un partido en el poder sin más programa que la supervivencia y la apariencia.

Luego está el papanatismo modernero, que viene cuando el responsable de turno quiere ser tan moderno como sus colegas de otras administraciones, viene de algún congreso en el que no se ha enterado de nada, o se ha enterado mal y se le indigesta, o ha recibido una sobredosis de información interesada de los interesados comerciales de alguna multinacional (es su trabajo) que quieren venderle muy caro lo mismo que ya se está haciendo pero que este pavo no se ha enterado.

El problema de la informática es que permite y justifica el trasiego de mucho dinero, permite los anuncios rimbombantes porque eso de las “nuevas tecnologías” sigue vendiendo en prensa y tele y permita hacer creer que se está avanzando en algo cuando lo único que se está haciendo es untar con tecnología procesos aberrantes, cosas que se están haciendo mal por no sentarse a organizar antes.

Hay que parar esto. Hay que desparramar sentido común, juntar a pensar a todo el mundo y planificar lo que se está haciendo no para que el partido o el dirigente X salga del paso, sino para que toda nuestra sociedad salga del atraso real y de la ineficiencia organizativa. No somos mejores porque tenemos las consultas médicas informatizadas cuando el médico tiene que ver a demasiados pacientes en cada intervalo horario programado en el ordenador, o cuando tardamos demasiado tiempo en operar a un paciente por mucho que su historia clínica se pueda ver en París por Internet.  O cuando vendemos que estamos preparando la administración electrónica y determinados departamentos claves para la tramitación de expedientes no reconocen la firma electrónica y siguen pidiendo el papelito con la rúbrica. O cuando se piden repetidamente a proveedores y/o particulares documentos de los que ya dispone la Administración. O cuando se paran proyectos informáticos a medio hacer porque “El President” ha dado orden de cortar gastos y aquí quien más corta es quien más se luce, y se tiran a la basura recursos y presupuestos empleados en proyectos que se quedan a medias. O cuando lo que mola es inaugurar y no se tiene presente que cada proyecto que se inaugura implica dedicación permanente de recursos para su mantenimiento correctivo o evolutivo. Hay que mirar muy corto para decir que una aplicación se termina y ya está, en una administración en constante evolución y en constante generación normativa. Lo que se hace, hay que mantenerlo. Y eso va exigiendo el incremento de una estructura dedicada.

Y que no nos vengan ahora con consultorías externas, cursos de normativas y otras zarandajas. Tenemos excelentes profesionales, excelentemente preparados y excelentemente conocedores de nuestra Administración, como para no tener que caer en la trampa de que vengan unos enchaquetados a precio de oro a cobrarnos a precio de oro el Powerpoint con lo que les hemos contado, para que nos digan que tenemos que acabar contratándoles el desarrollo de un proyecto que nos van a cobrar porque se lo contemos, y luego una pasta por mantenerlo.

Hay que adecuar nuestra estructura a nuestras realidades, ya que si hacemos lo contrario generaremos el caos. Es mentira eso de que no creamos plazas para ahorrar en capítulo I (Personal) (En algunas consellerías, por ejemplo, Sanidad, ni más ni menos, la carencia de informáticos de plantilla es apabullante en proporción a la carga de trabajo) cuando se ha de echar mano, para hacer y mantener los mismos proyectos que exige en funcionamiento el mismo político que restringe la plantilla, de contratos externos mediante capítulo II (gastos) o capítulo VI (Inversiones).

Por todo esto, y por muchas cosas más que sin duda me dejo, es necesario un pacto de futuro entre las diferentes fuerzas políticas. Y quisiera creer que es más fácil entre partidos progresistas, pero al final la experiencia me ha demostrado que siempre está el riesgo del amiguete “Que sabe mucha informática” (aunque no sea su profesión), o el compromiso del partido, o el que nos impone el sindicato. Vivimos en una época en la que cualquiera que tiene una Play en casa, o que sabe usar el Office, se cree que sabe Informática y sus amigos piensan que pueden dirigir un departamento. Pongamos profesionales de verdad, oiga. Y no miremos el partido, puesto que los españoles vamos teniendo muy claro que la calidad de las personas y la eficiencia de los profesionales ya no dependen de la etiqueta. Que ya no valga eso de poner a la/el impresentable prepotente porque está avalada/o por una/un directora/or general/o con fuerza en ese momento, (esto de la corrección político-sexual es un lio), o porque nos ha servido fielmente a los intereses de espectáculo político, o cualquier otro de esos “méritos” con los que lamentablemente hemos visto justificar las peores decisiones.

La Informática, los Sistemas de Información en general, para ser precisos, son una infraestructura necesaria. No deben estar sometidos a la política, y mucho menos a la politiquería. Y no sirven si previamente no se han organizado, optimizado, racionalizado, etc. los procesos administrativos.

Creemos una Administración ligera, útil y eficiente. Dediquemos unos esfuerzos previos a saber qué se hace, mejorarlo y definir los cauces y procedimientos de una administración moderna, al servicio del ciudadano y socialmente comprometida. Pero esto no es tarea de los informáticos, nosotros vendremos después, cuando todo esto esté hecho, para hacer las herramientas que faciliten las tareas ya definidas. Esto es tarea de los responsables de los procesos administrativos, desde el primero hasta el último. De los legisladores, que adapten la normativa al respecto, y de los ejecutivos, para que no permitan que indolencia, inercias y/o intereses minen tanto esfuerzo.

Aquí notaremos si tenemos un gobierno de futuro o un gobierno de partido. Si se piensa en el pueblo y en el interés común o en el ombligo de partidos o personas.

Y termino con un sincero homenaje a mis compañeras y compañeros, a los que mantienen en pie día a día este tinglado que permite que funcione una administración y una sociedad que, ya, precisa del soporte informático para poder funcionar. Recurriendo al verso 20 del Cantar del Mio Cid: "Dios, que buen vassalo si ouiesse buen sennor!"

lunes, 2 de febrero de 2015

LA ESCENOGRAFÍA PREELECTORAL

Me parece deplorable, triste y patética la escenografía de los actos preelectorales que están planteados todos, parece, por los mismos asesores, independientemente del partido que sea.

Se pone un escenario en el que atrás hay gente jóven, que se supone que es del mismo partido. Todos son guapos, están felices y parecen adorar al candidato. Si es posible, se cuela algún minusválido o algún niño para que el oficiante se dirija a él y le de un besito.

Suena la música, artificial, elegida. Nada de antiguos himnos proletario-revolucionarios o patrióticos. Música que parece sacada de una película sobre los juegos olímpicos, para suscitar emociones positivas al personal. Pero neutras, sin excedernos.

Abrazos, muchos abrazos. Según llegan los teloneros se van abrazando como si no se hubieran visto en mucho tiempo, y como si no se odiaran cordialmente. Cada uno suelta su parrafada, ensayando a ver si para las próximas elecciones aspira a una posición superior. todos son estupendos, todos nos quieren mucho y sus votantes son los únicos habitantes acertados sobre la tierra.

Llega al Líder (O la Líderesa, que se diría la Líder), y le vuelven a abrazar. Y le abraza gente harta de abrazar a sus predecesores, y quizás de empujar hacia abajo cuando se estaban hundiendo. Sonrisas falsas, abrazos falsos, palmaditas en la espalda. Las muestras de afecto son directamente proporcionales a los favores que se espera que el Lider (o la Lider) proporcione tras su triunfo: Un ministerio, una Consellería, una Dirección General... Un carguito, vamos, que es para lo que he venido en vez de quedarme en casa con la familia.

Hay que ver también la dinámica fuera del escenario: Quien busca a quien para que le vea que ha ido, para que vean que fulano le abraza, para que piense que vuelve a estar cotizado en el mercado de futuros. Terribles odios se camuflan bajo hipócritas sonrisas. Son los mismos de siempre, con pocas incorporaciones. Puñaladas traperas, trapos sucios que se guardan para las ocasiones, compañeros de partido...

Habla el Lider. Y su discurso está plagado de crescendos y pausas en los que el personal debe aplaudir. Gritos de "Guapo/a", "Presidente/a" y otras originalidades. Está todo analizado, estudiado: Dónde se ponen los "dinamizadores", dónde los jóvenes y guapos, los jubilados y tercera edad - que en algunos partidos son mayoría - se ponen detrás, en las filas altas, donde hagan bulto. A menos que se quiera dar la nota emotiva del/la afiliado/a histórico/a (esto de la escritura de género políticamente correcto es un rollo, conste)

Al final, sube el tono de la música y todos suben al escenario levantando las manos en señal de triunfo, con felices sonrisas. Como si se quisieran de verdad, como si de verdad pensaran que van a ganar. Y los asesores corren creando los corros de "fans" para que el Líder salga en la foto. Se ha cuidado el "look" del Líder (Fhürer en alemán, ojito): Si el partido es conservador, va de hombre correcto, serio, con un toque informal (puede ir hasta en mangas de camisa y sin corbata, si se quiere atraer a la gente joven) (de los modelos femeninos ni hablo, es más complejo). Si el partido dice que es de izquierdas pero no quiere asustar a los del voto del centro, pues va de guaperas en camisa, pero a veces sale con chaqueta y tal para que se vea que puede ir de serio. O de deportista, lo que haga falta, oiga. Y si el partido es progre, pues hay que ir de progre, aunque uno diga que su partido no es un partido y que no son progres, y que son pero no son lo que son.

Campañas electorales, actos preelectorales, marchas de adhesión (también lo eran las de la Plaza de Oriente en loor de Franco, no lo olvidemos, y había tanta gente como ahora. A la gente le gusta seguir a un líder, el rebaño necesita pastor). Hemos pasado de los Mestallas llenos con Julio Iglesias, Zaplana y Aznar (vaya tres) a las calles llenas, que esas son de todos y no hay que pagarlas. La maquinaria de gestión de masas es la misma, puesto que la masa en su comportamiento se gestiona igual para un Hitler que para un Stalin. Y no están de moda los desfiles, las antorchas ni los himnos de combate. Ahora somos todos más guays, no queremos atacar a nadie, nos damos besos y abrazos y cantamos cosas románticas y tal. Ha cambiado tanto todo que no parece que haya cambiado nada de nada. ¿O tampoco?

sábado, 8 de noviembre de 2014

EL EFECTO ADOSADO

Me cuentan que en algunas consellerías de esta nuestra Generalitat Valenciana van reapareciendo poco a poco algunos de aquellos terribles “rojos-de-toda-la-vida” que vimos aparecer cuando el PSOE alcanzó el poder, y que milagrosamente se “adaptaron a las nuevas circunstancias” cuando un triunfante PP+UV desembarcó en los puestos de mando con muchos humos y en algunos casos primitivas ansias de revancha.

Fueron muchos los que olvidaron que sus puestos eran, en ocasiones, debidos a que el partido, o el sindicato les pusieron allí. Y en la mayoría de los casos no iba a ser – excepciones siempre las hay, y algunas muy honrosas – por su cualificación profesional, sino porque a tal partido o sindicato le parecía lo más conveniente – vaya usted a saber por qué – que aquel personaje ocupara cargo con firma.

Vimos en aquella Conselleria de Presidencia, en la noche posterior a las elecciones, largas caras, semblantes muy preocupados. En algunos casos, sí, era por la desilusión ideológica de la interrupción de un proyecto, y la llegada al poder de un partido que se estimaba nefasto para el progreso de la Comunidad Valenciana (nadie podía imaginar hasta qué nivel). La noche se acercaba, y ocultos en ella mangantes, traidores e inquisidores.

Pero otros muchos lo que temían, como está pasando ahora en sentido contrario, era por su sueldo: Directores generales, jefes de área, jefes de servicio en comisión, asesores… Muchos de ellos pasaron, de repente, de ser hombres (y mujeres, claro) incondicionales de partido a simples técnicos dedicados exclusivamente a sus deberes administrativos. Incluso más de uno demostró su celo actuando de forma macarthista contra sus propios compañeros, en demasiados casos como forma de ”agradecimiento” a aquellos que les habían encumbrado.

A alguno de los desolados líderes del partido, apabullados por tanto escapismo, les comentaba entonces el “efecto adosado”, y no es este otro que el que sufre un personaje inconsciente (voluntariamente o no) de que ha sido aupado a un cargo con bastante ayuda de “los compañeros” y que se acostumbra rápidamente a su nuevo sueldo. Llega a casa, da la buena nueva (siempre le han ascendido por sus méritos) y rápidamente se compra un adosado, un barco (entonces estaba de moda comprarse un barco y un amarre lo más cerca posible de Lerma) o eleva su nivel de gastos comprometidos en la parte proporcional. Ya no es  un mero currito: Ahora ya es un cargo, con buen sueldo. ¡Cómo mola!

Claro, cae el partido que le ha aupado y no se le ocurre pensar en devolver su puesto, aunque sea por mera coherencia ideológica para no colaborar con quien hasta entonces era su contrario ideológico. Hay que pagar la hipoteca, amigos. O el colegio bien de los niños, o tantas otras cosas a las que uno se acostumbra rápidamente.

Y en más de un caso, estos técnicos reconvertidos, que habían sacado la cabeza en mítines y manifestaciones, haciéndose ver por los pasillos de la entonces sede de la Calle Albacete para ver si les caía algo, se pusieron chaqueta y corbata, camisa azul clarito, se repeinaron y resultaron ser más cristianos que nadie, frecuentando obras y legiones cristianas, con mucha misa y mucha cacería. Al fin y al cabo, nada nuevo. Había que defender el futuro, y a rey muerto, rey puesto.

Y ahora va a pasar lo mismo, ya lo veréis. En sentido contrario, claro. Van destapándose y resultando ser progres muchos de los que estaban disciplinadamente calladitos. Ahora, todo el mundo critica la corrupción y a los corruptos, después de decenios de compartir y ocultar secretos a voces, de hacer la vista gorda y en algunos casos - ¡Ay, qué acojone ahora! - firmar lo que mandaban. Lo que hiciera falta por el Partido.

Ahora, el Partido está en retirada, y te han dejado literalmente con el culo al aire. No solamente no reconocen que te pusieron ahí para firmar, tonto el haba, sino que te ponen verde por haber firmado. Y como la firma es tuya, pues allá tú con el juez.

Eso es la política de bajos fondos, mierda de política. Aparecen valerosos sindicalistas a los que nadie conoce en su centro de trabajo, como si hubieran estado partiéndose el pecho por los compañeros durante las peores épocas, y aquellos que realmente han estado haciéndolo – los hay –tienen que aguantar a estos especímenes que lo que quieren es colocarse lo mejor posible en la parrilla de salida de los mejores puestos de poder.

Cuerpo a tierra, que vienen los nuestros” fue la frase genial de Pío Cabanillas. Nunca mejor expresado el tema. Ya fue especialmente admirable cómo aparecieron, en ambos casos de la llegada al poder de los partidos triunfantes, personajes “militantes de toda la vida” que en realidad se acababan de incorporar para medrar. Y es que el asunto es que cuando un partido llega al poder, no suele tener tantos cargos de confianza realmente capacitados para ocupar los diferentes puestos de la Administración que conquista. Porque el problema principal es ese, que se ha evitado la profesionalización de la Administración para convertirla en agencia de colocación de propios y de expurgación de extraños, mediante la precarización de los nombramientos. Sufre así tal Administración los vaivenes no solamente de los cambios de partido, lamentablemente pocos en los últimos años de la Comunidad Valenciana, sino de las distintas “familias” dentro del mismo partido, que esto sí que es una lucha cainita.

Total, que vuelve el tema. Los que se están quitando rápidamente la chaqueta guay y la gomina del pelo se cruzan con los que, de repente, adoran a Pedro de toda la vida, y ellos siempre, siempre, apoyaron a si amigo Ximo. Nadie, de momento, se ha empezado a dejar coleta porque nadie se imagina a Podemos de partido gobernante, o quizás todo el mundo tenga claro que, si llegan, acabarán con chaqueta y corbata como el que más. Como muy gráficamente expresaba un compañero ideológico de los "constantes": "Esta vez sí que vamos a ganar, ¿no ves cómo nos vuelven a saludar?". Y así es, ya no "quema" la proximidad de los rojos, de los no fieles, de los que piensan por si mismos. Ahora, hay que arrimarse a ellos no sea que vayan a mandar.

Y esta es la crónica, queridos, de un tiempo pasado y de un tiempo que está por venir. Van a ser patéticos los cambios de chaqueta, los ocultamientos de fotos con “El President” (más de uno escondió corriendo las fotos con Zaplana para poner las de Camps, y luego la de Fabra), y era incluso divertido entrar en aquellos despachos mutantes en los que el presunto gerifalte no era sino un esclavo de la blackberry para correr a aplaudir, abrazar, inaugurar y firmar. La naturaleza humana es así, sea cual sea el color de la bandera con la que se envuelve.

Esperemos que de todo esto surjan enseñanzas, que en la nueva administración que ha de venir, si no queremos que esto continúe hacia el abismo que magistralmente nos han creado los previsiblemente cesantes, se elijan los cargos con criterios profesionales, independientemente de las militancias. Debemos recluir la influencia de esta baja política a los límites mínimos, estrictamente necesarios. La mera alternancia, la sustitución de unos por otros, garantiza la marcha hacia el caos. Necesitamos un proyecto de estado, y una regeneración ética, para terminar con tanta estética tragicómica.