Los derechos fundamentales de todo ser humano (La sanidad, la educación, la justicia, el derecho a una vivienda digna, a sacar adelante a una familia, a aspirar a una justicia real, accesible y gratuita...), nunca deberían ser objeto de negocio, especulación o privatización. Si un gobierno gestiona mal, cámbiese el gobierno. Pero que no se utilice la rentabilidad como argumento para el saqueo de los bienes públicos. Los derechos no tienen precio, ni son negociables.


viernes, 5 de mayo de 2017

¿Libertad de enseñanza?

Una de las peores cosas que puede hacer, y acaba necesarias haciendo casi siempre, un gobierno de izquierdas es tocarle los privilegios a la iglesia católica u organizaciones paralelas. Entonces se levantan las furias de las masas adoctrinadas y cunden mensajes para defender la cruz en la declaración de hacienda o la "libertad de enseñanza", como es el caso de la manifestación convocada en Valencia para el próximo sábado. Esto pasa periódicamente, cada vez que la Consellería ha de redistribuir los dineros de los fondos concertados.

Cada vez que la Iglesia (u organizaciones paralelas, las incluimos en el concepto general) tiene que defender sus intereses los disfraza hábilmente, como ha hecho en los últimos más de dos mil años, de buenas palabras que atienden a libertades fundamentales y a los más profundos sentimientos de la gente. Pero no nos engañemos: Se trata de mantener el flujo de dinero a unos colegios privados, en los cuales se pretende que con el dinero de todos los ciudadanos se pague una formación cargada de ideología que garantiza no sólo los ingresos actuales sino el adoctrinamiento de futuras generaciones para que vean como normal y colaboren en lo posible en el mantenimiento y engrandecimiento de la influencia de la Iglesia católica no sólo en sus vidas, sino en las de todos.

Nadie ataca la libertad de enseñanza. Esto es una falacia. Quienes quieren educar a sus hijos en una ideología determinada pueden llevarlos al colegio que quieran, pero pagándolo. Pero claro, en un país en el que se financia a una iglesia con el dinero de todos se ve como natural que sus colegios se paguen con el dinero de todos.

Es comprensible que en aquellos lugares a los que no llega la enseñanza oficial se concierte con colegios privados. Pero aquí, durante los años de saqueo del PP, ha pasado como con la Sanidad: Se ha penalizado la enseñanza oficial para promocionar y pagar conciertos con colegios privados que, en algunos casos, mire usted, hasta facturaban horas y nóminas de más, todo muy religiosamente y por la libertad de las familias. (¿Están cometiendo ilegalidades los colegios concertados?, por ejemplo)

Y resulta que ahora en que el gobierno actual sí que habilita fondos para que haya plazas oficiales, se coge a la libertad y a los empleos de los profesores como rehenes. Las familias católicas, al parecer, asocian la libertad de enseñanza a que se subvencione el colegio de sus hijos. ¿Pensarían lo mismo si se subvencionarán colegios budistas, del partido comunista, o instituciones anarquistas? ¿Obligarían los curas a salir a la calle a sus profesores y a los padres de sus alumnos, amenazándoles con el paro y la corrupción de sus hijos en colegios laicos si no les fuera la pasta en ello?

Hay que reconocer que saben hacerlo, y que transforman sus intereses en temas morales, en los que opinar diferente es casi una herejía. Seguro que este artículo me genera cantidad de respuestas o wassaps sobre lo buena que es la Iglesia y lo bien que gestiona los dineros. Pues vale: El día que la iglesia tenga una embotelladora de refrescos (que igual ya la tiene) habrá que subvencionarla también? ¿Y una fábrica de uniformes para colegios?

Me confesaba una mamá convencida de un colegio de esos de niñas con faldas a cuadros que desde que su colegio había obtenido el concierto seguían pagando lo mismo o más, pero en conceptos como calefacción, trabajos manuales, etc. ¿Esto es libertad de enseñanza? Que digan claro que es lo que defienden, y hagan las manifestaciones que quieran pero con la verdad por delante.

Como ya dijo Don Quijote: "Con la Iglesia hemos topado". Y es que a la jerarquía católica española no se le tocan las pelas, o los euros.

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