Los derechos fundamentales de todo ser humano (La sanidad, la educación, la justicia, el derecho a una vivienda digna, a sacar adelante a una familia, a aspirar a una justicia real, accesible y gratuita...), nunca deberían ser objeto de negocio, especulación o privatización. Si un gobierno gestiona mal, cámbiese el gobierno. Pero que no se utilice la rentabilidad como argumento para el saqueo de los bienes públicos. Los derechos no tienen precio, ni son negociables.


lunes, 28 de mayo de 2012

¿Qué bandera juramos?

Los actos de jura de bandera han revestido siempre la mayor solemnidad y respeto entre la imaginería castrense. Dentro siempre de estos, y del respeto debido a todos aquellos que voluntariamente quieren renovar tal jura las veces necesarias, la noticia de Levante-emv en la que aparecen Rita Barberá, Cotino y algún otro me hace recordar (no sé por qué, oigan) casos tales como Emarsa, Sedesa, Bankia y demás lindezas con la que nos levantamos los españoles de a pie.

Los que juramos bandera obligadamente, pues en nuestros tiempos la mili era obligatoria, y no estaba la cosa como para plantear que no lo hacíamos, posiblemente no compartamos todos tal fervor por un acto que, en mi caso, es un recuerdo de un capellán militar con rango de oficial cómodamente sentado a la sombra mientras soltaba durante mucho tiempo una retahíla de cosas que ni él mismo se creía, pero que eran las que justificaban su rango y su presencia allí. Y mientras tanto, los soldaditos, con uniforme de invierno, iban cayendo desmayados frente e él bajo un sol inclemente, mientras el cura-oficial nos hablaba de caridad cristiana. La patria exige sacrificios, nos dicen los que viven cómodamente sentados a la sombra de ella. Esa es la lección.

Repasando la historia vemos cómo la derecha, cuando ve debilitada su posición, porque ya el fútbol, las Eurovisiones y demás herramientas de alienación no son suficientes para tapar sus desmanes, saca la Patria y las banderas, y hace redoblar los tambores. Mal rollo.

Desde las asonadas del siglo XIX, cada vez que peligran los poderes más reaccionarios se dice que peligra la Patria. Y en su nombre se fusila, se bombardea y se tortura. Al parecer, solamente son buenos patriotas quienes aplauden, sumisos, al paso de mantillas y peinetas mientras se rescatan bancos y se cierran hospitales y colegios. Uuuuy, cómo va la cosa.

Cuando había que fomentar el sentimiento antimusulmán, para mantener a España en la mentira de Irak, apareció curiosamente un islote llamado Perejil, que convirtió a Aznar en una especie de guerrero cruzado e hizo saltar las memorias de las "gloriosas campañas marroquíes" (documéntense ustedes). Algún personajillo se veía ya entrando en el Congreso sobre caballo blanco, y acabando como Jefe de Estado, con las ganas que tenía, el pobre.

Recordemos también la inmensa bandera que hizo poner el ministro Trillo en Madrid, Capital de Las Españas. Pero no recuerdan ya ninguno de tales altos cargos, tan patriotas, a los 62 muertos del Yak42, cuyos familiares siguen buscando justicia desde 2003. Para ellos, nuestros grandes defensores de La Patria están ocupados, mientras que quienes la defendían de verdad murieron porque ellos habían contratado un avión en mal estado para ahorrarse dinero.

Por eso hay que preguntarse: ¿Qué bandera besan estos señores? ¿La de la España de los españoles que vamos capeando sus recortes, o la de la España de sus privilegios? ¿Qué pasa ahora, que como no sale esta vez nada en Marruecos (no estará la cosa para bromas) hay que volver a sacar  lo de Gibraltar Español? ¿Vamos a lanzar nuestra potente flota contra la Royal Navy? ¿Vamos a declarar la guerra al Reino Unido? ¡Por favor! Después del numerito de las represalias contra Argentina por lo de Repsol, el descojone universal sería pequeño, empezando por Obama y sus chicos, que tardarían poco en quitarnos los chicles y los bazookas.

Si fuera cosa de risa, parece que esta gente tenga una sobredosis berlanguiana, y que no nos toma en serio. Nos parece muy bien que besen sus banderas y que paseen sus imágenes, pero que no lo utilicen para disimular que están saqueándonos. Y que no utilicen al Ejército, la Patria y demás señas de identidad colectiva, que no son suyas, que son de todos los españoles, que está nuestra historia cargada de que los unos los utilicen contra los otros, y ya estamos el en siglo XXI. Miles de jóvenes han tenido afortunadamente ocasión de conocer otros países, otras sociedades, y ver que bajo cualquier bandera se aloja un poder establecido que oprime, más o menos, al resto de sus conciudadanos. Y la mayor parte de patrias actuales no son más que las herencias de las monarquías absolutas, divisiones artificiales de pueblos entre familias reinantes que supieron actualizar su terminología, pero no su finalidad: Las parcelas de poder: Este trozo de Europa, con su gente, para los Borbones, este para los Windsor, este para...  ¿Tiene ahora un chaval español que matar a otro alemán, o británico, o francés, o marroquí,. por el patrimonio de quienes les oprimen?. Recordemos a Quilapayun: y defendamos que solamente exista una patria: La de las personas de bien, en la que no quepan corruptos, opresores ni demás vividores del cuento.

Estaría bien que todos juráramos la bandera blanca, para que dejen de esconderse sobre banderas tan respetables aquellos que solamente deberían ser identificados con la bandera de los peores piratas.

Sigo preguntándome qué hacen nuestros soldados en Afganistán.

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