Los derechos fundamentales de todo ser humano (La sanidad, la educación, la justicia, el derecho a una vivienda digna, a sacar adelante a una familia, a aspirar a una justicia real, accesible y gratuita...), nunca deberían ser objeto de negocio, especulación o privatización. Si un gobierno gestiona mal, cámbiese el gobierno. Pero que no se utilice la rentabilidad como argumento para el saqueo de los bienes públicos. Los derechos no tienen precio, ni son negociables.


jueves, 11 de agosto de 2016

Ray Bradbury: Zen en el arte de escribir

Adelante, niños. A correr y leer.
A leer y correr,. A mostrar y contar.
Poned la pirámide a girar sobre la nariz.
Poned otro mundo cabeza abajo.
Sacudidme el hollín del cerebro.
Repintad la Capilla Sixtina dentro del cráneo.
Reíd y pensad.
Soñad, aprended, construid.
¡A correr, niños!¡A correr niñas!¡A correr.!

Ray Bradbury

A los que somos apasionados de la lectura, afortunadamente nos sale al paso cuando menos lo esperamos un libro de esos que te llenan. que disfrutas leyendo. Y te dejas rápidamente la historia militar, los libros de budismo y otros libros quizás más sesudos para dedicarte de pleno a este intruso que te enamora. Es absolutamente placentero ir leyendo mientras piensas !¡Qué bueno es este tío!, refiriéndote al autor. Y no por la novedad o altura intelectual de lo que diga, sino porque lo que dice te está llegando muy dentro, sientes que coincide con lo que tu dirías, y disfrutas con los párrafos, las situaciones y las conclusiones que el autor saca.

A Ray Bradbury no hace falta presentarle a la mayoría de los que devoran libros. E incluso, a aquellos que viendo películas se enteran de lo que ven. Es el autor de Farenheit 451, cosa que no dirá mucho a los teledependientes pero sí a aquellos que hayan visto o leído algo de cine. Con Bradbury crecimos muchos devorando ciencia-ficción. sus obras son de las que enganchan, y quemas las noches enlazando un capítulo tras otro.

No había leído el libro que comento, y os puedo asegurar que me ha gustado cada uno de sus capítulos, especialmente "El vino del estío", que no es el cuento propiamente, sino las circunstancias alrededor de cómo lo escribió. Delicioso. O "A hombros de gigantes", de donde me tomo la licencia (si molesta a alguien la borro rápido, pero creo que no hay mayor publicidad del libro y del autor que ese párrafo). encontramos a un Brádbury delicioso, muy lírico y con un gran bagaje. Por cierto, si alguien cree que es un libro sobre zen o que el autor tiene algo que ver con esta disciplina, yerra. Pero sí que es un libro totalmente recomendable para aquellos que nos gusta escribir, pues a nosotros va dirigido principalmente.

Como os cuento, me he dado el descanso de dejar tablets y pantallas y buscar lugares fresquitos donde leer en verano un buen libro con papel de libro, olor de libro y disfrute de libro. Cosa que os recomiendo y os quitará el escozor ese de las elecciones que vienen y los gobiernos que no llegan. Que disfrutéis de estos placeres (los de la lectura y los otros que podáis) y del verano.

Os dejo algunos enlaces complementarios:

http://www.literautas.com/es/blog/post-2181/zen-en-el-arte-de-escribir/ 
Y el poder de los buscadores

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