Uno, con toda humildad, no es un experto en vinos de la talla de algunos buenos amigos. De experto nada: Un esforzado estudiante, con mucho que aprender.
En este camino, y dentro del subjetivismo totalmente discutible bajo el que se amparan los gustos, tiempo ha que me decanté por obviar, quizás por saturación, los Rioja y los Ribera del Duero y preferí sondear por otros pagos, incluyendo su acepción vinícola, y mirar, como en tantas otras cosas, a mis amadas tierras gallegas.
Y allí encontré el Mencía, sin descontar las tierras hermanas de El Bierzo. Y mucho antes que Obama, que también ha sucumbido a sus encantos. No voy a entrar en las notas de cata, ni es explicaros el retrogusto, las trasboca, el paladar y otras cosas que me harían quedar como lo que soy, un aficionado. Pero de todos los que llevo, a nivel asequible de precios, me ha encantado el Rectoral de Amandi, que os recomiendo (y no me subvencionan, conste).
Realmente, yo he probado (y disfrutado) el 2014. El 2013 no. Pero en cuanto pueda....
Realmente, creo que estamos en un país donde afortunadamente tenemos vinos gloriosos a muy buen precio. Y hay que salirse de los típicos "Rioja o Ribera" (Sin menospreciarlos, claro), que están dominando lamentablemente el mercado de la hostelería mediterránea, sobre todo en los lugares turísticos, donde los "guiris", tanto externos como internos, piensan que no hay otro vino. ¡Con lo que tenemos, por ejemplo en la Comunidad Valenciana! Pero de eso hablaré otro día. Ahora toca Galicia.
Un abrazo a todos los gallegos.
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