Apaga la tele, apaga el móvil. Apaga
el ordenador, desconéctate. Sal al balcón, mira la Luna. Sal a la calle, pasea.
Es tarde, hay muy poca gente. ¿Qué ves? Todo está muy tranquilo, los árboles se
mueven por una ligera brisa. Huele ya a otoño. ¿Qué oyes? Nada, muy
poco, el viento, los coches que pasan, pocos. Alguien andando por la calle a
estas horas, es de noche.
¿Qué piensas? ¡Mierda! ¡Mierda!
¡Mierda! ¡Cuánto tiempo perdido delante de la TV, viendo anuncios de cosas que
no quieres comprar, programas de chorradas que no quieres ver, telediarios
manipulados por poderes manipulados por los grandes poderes! Para que pienses
como ellos quieren que pienses. Rehenes degollados por un ejército terrorista
que ha surgido de la nada, al parecer del fondo de la televisión, amenazas que
sirven para bombardear países cuyo destino es ser bombardeados, gente que nace
esclava, víctima desde el principio. Las armas son caras, los misiles generan
beneficios, las movilizaciones contra las amenazas externas distraen de los
problemas internos. Ya no te crees nada. ¿Y Libia? ¿Y Egipto? ¿Ya no pasa nada en Gaza?
Cuando la primera guerra del Golfo,
las imágenes impactantes que nos ofrecieron en todas las cadenas vimos luego
que eran montajes posteriores. La realidad que nos ofrecen es la suya. Existen
los movimientos terroristas, pero de alguna manera los han creado ellos, Crean
la amenaza para mantenernos asustados, para gastar bombas que pagamos todos, para recortar
libertades. Te espían, te oyen, te ven, te fichan. Te crean una crisis para que
aceptes trabajar más barato, con menos derechos. Te putean y te salvan. Y tú, agradecido
por migajas de trabajo con sueldos de mierda.
¿Y ahora? Ahora le toca a Europa.
Toca balcanizar Europa. Aquel sueño de una Europa unida, rica, culta,
socialmente distribuida, con derechos civiles, con alta responsabilidad
ciudadana, hermanada… Aquel sueño no interesa. Es una ridiculez de progres. Hay
que cargarse Europa, y para ello se balcaniza, se divide, se empobrece. Se
rompe la unidad promoviendo los egoísmos de los países ricos frente a los
pobres, apoyando a gobiernos destructivos de aquellos países a los que se
quieres, simplemente, convertir en estados-tapón.
Sí, porque la amenaza está allá
abajo, con millones de africanos presionando. Sobrevivirán al Sida, al Ébola, a
los virus que sea necesario. Vendrán. Y entonces… ¿Qué hacemos? Necesitaremos
que España e Italia los paren, son los países fronterizos. ¿Francia? ¡Por Dios!
Francia se cree casi como Alemania, y hay que mantener la ficción un tiempo
más, porque todavía se cree una potencia.
Hay que fragmentar Europa, dividirla,
balcanizarla. Que no sea una unidad, que se peleen entre ellos. Y mientras,
acosamos a Rusia en sus fronteras. Movemos la Otan cada vez más cerca, hasta
que Putin reviente o plantee una guerra que nos permita hacerle reventar. A
nadie le interesa una guerra nuclear, pero si podemos volar convencionalmente
una parte de Europa. Pues mira, en vez de Wolskwagen venderemos Ford, y así les
financiamos las armas para defenderse y la reconstrucción de lo destruido. Y
tan amigos. Ganaremos por las dos partes. Siempre ganan los que ganan y pierden
los pringaos. Moraleja: No seas un pringao.
Es de noche, el silencio se
impone. ¡Bendito silencio! Se me van revelando muchas cosas que con tanto ruido
tenía taponadas. Puedo pensar, y lo veo claro. Nos están tomando el pelo, a
unos niveles increíbles. Ahora escenifican la destrucción del partido en el
poder. Ya no les sirve. Han cambiado las corrientes, ha cambiado la moda. Ellos
mismos se hacen el harakiri y no sabemos si es por pura inteligencia, porque ya
les da vergüenza seguir o porque ya han esquilmado bastante el patrimonio
público. Ahora es el tiempo de los partidos alternativos. Ellos han sembrado la
semilla, y te planteas: ¿De dónde sale esta criatura? La inteligencia del poder
es que siempre crea una herramienta para seguir dominando. Los partidos que
quieren seguir siendo visibles deben sucumbir a los asesores de imagen, a salir
en la tele, a ser una pura mercancía más. Nada de contenido ideológico, y mucho
menos revolucionario de verdad. Unos cambios para que parezca que algo ha cambiado y que
todo siga igual. Y te preguntas; ¿Cómo han aparecido los de Podemos? ¿Quién los
promociona? ¿Quién los financia? ¿De dónde ha salido ese dirigente del PSOE tan
mediático? ¿Es una composición de asesores de imagen? ¿Han sabido que ya no
vendían PP y están reconduciendo la demanda?
Pura TV, pura imagen, puro
montaje. Debates de mierda, casi callejeros, en formatos de
tertulia-espectáculo. No hay reflexión, no hay ideología. Balbiiiiiiiiin ¿Dónde
estás?
Vivimos la vida americana por la TV. Nuestros jóvenes conocen más los barrios de las ciudades yanquis que los de su propia ciudad. Las series encandilan a la juventud y les hacen creer que la vida se resuelve en un sofá, o en un piso de eternos estudiantes cuyos únicos problemas son los del sexo. No hay política, no hay discusión sobre el futuro, no hay nada más que superficialidad. Películas de superhéroes o de soldaditos americanos traumatizados por sus guerras perdidas, pero que en el fondo llevaban razón. Policías de chaqueta y corbata que dejan sus placas pero resuelven el caso. Jóvenes con monopatín y gorra de lado, mascachicles descerebrados militantes de la incultura. Se ve lo mismo en cualquier país de Europa: Los mismos modelos, los mismos resultados. Estamos invadidos por la TV y las pelis, machacados, apabullados. La cultura europea es residual, queda para resistentes. Pero ya hay ministros Wert en España y habrá otros similares que eliminarán esas bolsas de resistencia de la cultura, hasta alisar nuestros cerebros al nivel de las sectas más caminantes. Curas, toros, mantillas y peinetas españoles, superhéroes, policías y rambos yanquis. Ya tenemos el esquema. Podremos ser felices si compramos, compramos, compramos y los fines de semana al centro comercial nos vamos.
Tienes que ver la tele, insensato,
estúpido. Si no, acabarás acusado de terrorista, ecologista o cualquiera de
esas cosas deleznables. Fútbol, fútbol, fútbol, Madrid, Rajoy, una
manifestación a favor del Aborto. Qué malo es Mas, Fútbol, Madrid… Eso es el
Telediario de la 1. Lo único que se salva es el tiempo, pero pronto lo quitarán
porque es un buen programa. Y sólo faltaba Isabel, castellanismo puro, El Imperio. Una Grande, Libre. Toda España unida, pero castellana y con la Inquisición... ¡Madre mía!.
Silencio. Tienes que empezar a
salvarte por el silencio. Tranquilidad para que se te vaya aclarando el
cerebro, para ver en perspectiva. A veces, piensas que no debes comentar nada
porque la gente a tu alrededor se escandaliza. Te sales del credo general.
¡Hasta te han creado un cauce para que seas antisistema! Ya ni siquiera puedes
ser antisistema fuera del sistema, porque hay un movimiento antisistema dentro
del sistema que es fundamental para mantener el sistema contra los antisistemas…
Manipulación, eso es. Burda y
poderosa manipulación. Han creado la bola de la independencia catalana para
despistarnos de la corrupción de determinados personajes y partidos, tanto
catalanes como “españoles”, y ahora que se termina la fiesta no saben cómo
cortar el hervor. Nos van a joder realmente, van a separar las sociedades, todo
por conservarse en el poder, los unos y los otros. ¿Patrias? ¡Mierda! Intereses
personales de gente que se llena los bolsillos mientras nos hace cantar himnos.
Nos hace falta silencio, sosiego,
un gran silencio nacional, que se callen los que hacen ruido. Porque nuestro problema
no está en si dimite o no Gallardón (nunca dimitirá bastante ni se irá bastante
lejos) o en si Mas se sale del tinglado que ha montado de una manera o de otra.
Está claro que los independentistas de buena fe se van a quedar con un palmo de
narices, y aquellos españoles que crean que la unidad española habrá ganado con
tal proceso estarán muy equivocados, tanto en lo que es unidad como en que alguien
gane con esto.
Pero el peligro real nos viene de
fuera, porque la Europa que se está diseñando para el futuro nos deja de mero estado-tapón,
aislante entre los movimientos que se esperan en el Magreb, cada vez más
radicales, y los plácidos dominios de los Imperios Centrales. A Europa se la suda
si España se divide. Mejor: Dos mitades se manejan mejor que un entero. Y los
españoles son capaces de pedir la independencia hasta de La Rioja, ya puestos.
Francia está condenada a pretender ser el vecino pobre pero pijo de los
alemanes, y el Reino Unido habrá de seguir de lacayo de sus propios
capitalistas, que son los mismos que mueven los USA, para tratar de cortar
cualquier atisbo de prosperidad de la Unión Europea. El resto, países colonizados
o colonizables.
Todo esto mientras el plasta de
Jerry no le toque demasiado las narices al Tom ruso, y no llegue el momento en
que las disputas entre uno y otro se resuelvan con un nuevo planchado del
territorio centroeuropeo. Con lo cual, hijos míos, lamentaremos la pérdida de
un competidor comercial muy fuerte y podremos centrarnos en el Pacífico, que es
donde realmente hay perspectiva de mercado.
Un futuro en barbecho, es lo que
le espera a Europa. Con suerte, se mantendrán reductos que conserven la valiosa
cultura europea, mientras predominan gobiernos corruptos, bandas mafiosas y
otras sutilezas de los reinos de la noche. Y nosotros, nos comeremos los mocos
esperando a los millones de turistas que nos han mantenido hasta ahora a pesar
de nuestros atroces gobiernos y nuestras atroces políticas económicas. Seremos
un país de camareros, jardineros y persianeros de nadie, porque no vendrán. Eso
sí, todos con título universitario, por lo menos los que pudieron sacárselo
antes de la era Wert.
Vamos mal, vamos muy mal. Porque nos
tienen dirigidos, controlados, mentalizados. Tanto a nivel individual como
colectivo. Son maestros en el arte del manejo de masas. Al que discrepa, se le
sacan pruebas de que es un terrorista, un antisistema, un degenerado. Y la
gente lo acepta, cierra el hueco y sigue, viendo a los policías buenos correr
detrás de los terroristas malos y anuncios de lo bueno que es su gobierno, que
se trae misioneros a curar del Ébola a precio de oro aunque no pague las
dependencias, y si tú eres un anciano español con problemas, un dependiente, un
familiar, te puedes morir porque no eres religioso y no sales en la tele. ¡Zas!
¡En toda la boca!, que diría Sheldon.
Nos hace falta el silencio, la
reflexión. Echar a todos estos que hacen ruido, que pasen por la Fiscalía. Recuperar
el sentido común a nivel de nación, sosegar los ismos, calmar las divisiones,
tapar los agujeros que nos han hecho estos piratas. Rehacer todas las
constituciones, porque es malo un andamiaje que se convierte en cárcel.
Recuperar la justicia, la dignidad, la capacidad de escuchar…
Y cambiar estos esquemas. Porque
están viejos, porque ya no nos sirven. Porque el mundo que nos espera ya no es
el que creemos que sigue siendo. Y pensar por nosotros mismos, recuperar nuestra
esencia cultural, nuestra diversidad. Solamente la sabiduría, como pueblo y
como personas, nos puede rescatar. Y la sabiduría es incompatible con tanto
ruido.