Los derechos fundamentales de todo ser humano (La sanidad, la educación, la justicia, el derecho a una vivienda digna, a sacar adelante a una familia, a aspirar a una justicia real, accesible y gratuita...), nunca deberían ser objeto de negocio, especulación o privatización. Si un gobierno gestiona mal, cámbiese el gobierno. Pero que no se utilice la rentabilidad como argumento para el saqueo de los bienes públicos. Los derechos no tienen precio, ni son negociables.


domingo, 10 de junio de 2018

Un viaje a china (2) - Tren a Xian

Buenas noches a todos.

Continuamos con las etapas del viaje a China y esta entrada es continuación de las que podéis ver en este Enlace a las entradas anteriores, que ya os pongo el genérico porque van siendo cada vez más y no hay que ser reiterativo.

Pues visitado el Templo del Cielo nos llevaron a comer (y fijaos que os digo nos llevaron). Como os dije, trataré el tema de las comidas, cenas y comedores en un monográfico en la próxima entrada, como denominador común de todas las etapas. Total, que después de comer autobús y a la estación.

Estación Oeste de Pekín
El viaje que vamos a hacer  es este: Beijing-Xian en tren-bala. En realidad es una especie de AVE un poco más estilizadito. Los chinos dicen, claro, que es el que más corre del mundo, pero nuestro AVE corre más. Yo no vi pasar a este en todo el trayecto de 258 km/h, y eso que va siempre sobre plataforma elevada, que según nuestro docto ingeniero de caminos que teníamos en el grupo es más estable y segura.

La Estación Oeste de Pekin es una enormidad. Muchos aeropuertos europeos son seguramente más pequeños. Por supuesto, el autobús nos tiene que dejar lejos, no sea que lo tengamos fácil, y allá vamos como aquel que dice a trapo sacao por entre miles de chinos y pasillos largos. Controles como si fuera un aeropuerto. Eso sí, como tienen experiencia en ser muchos lo tienen muy organizadito, y hay muchos uniformados para dirigir los flujos de la marabunta (no hay colas, olvidaros, hay enjambres).

La estación oeste. No penséis que normalmente hay tan poca gente, nosotros pillamos más

Hay que cogerlo con tiempo: Colas para los controles, pasillos, al fin una inmensa sala de espera y unos "Toilettes" (aquí se llaman así, ojo) y a esperar a que llamen. Y cuando llaman: ¿Os imagináis la salida de la Plaza del Ayuntamiento en Valencia después de una mascletá de un día importante? Pues más gente, más desordenada y con maletas. Y con maletas y todo se cuelan tranquilamente. Entre tu maleta y tu pueden incrustarse en un momento unos cuantos centenares de chinos con maletas y familia. Espectacular y un tanto agobiante, la verdad.

Astutamente, como os decía, unos uniformados no permiten la entrada en los andenes hasta que los pasajeros llegantes los han vaciado (eso pasa también aquí). Y dicho lo cual, al tren. El procedimiento es el mismo que con el AVE: Buscar el vagón y buscar el asiento. Y colocar las maletas donde puedas.


Afortunadamente llevamos billete de primera, lo cual hace que el vagón sea más cómodo que en nuestro AVE-turista. Hay una clase segunda, que es la que sale en el vídeo, a tope, y una clase más reducida superlujo guay del paraguay, en la que durante todo el viaje un pobre señor intenta dormir en una butaca luxury mientras el resto de paletos visitamos las instalaciones. Cosas de venir de fuera.


Ha sido un acierto elegir el viaje en tren, porque así podemos ver el paisaje, cosa que si hubiéramos cogido el avión no hubiéramos disfrutado. Tampoco os engañéis por la foto, aunque evidentemente la mayoría son cultivos en muchos tramos el "paisaje" está poblado por infinitas torres de edificios de treinta pisos o así, todas iguales, entre la bruma que dicen que es niebla pero es contaminación. Incluso entre esas infinitas manzanas todas iguales de edificios todos iguales (miles, miles) se pueden apreciar centrales térmicas cuyas chimeneas proyectan un bonito humo a las ventanas. Todo un plan de vida ecológico. Y es que las ciudades, con la inmigración creciente de la población rural, están creciendo desaforadamente.

Un viaje en el tren bala

El viaje es cómodo. Continuamente están pasando uniformadas señoritas (chinas, claro) ofreciéndonos en chino cosas que no entendemos. También nos reparten unas bolsitas (de papel, eso está bien)  con una especie de chuches y agua. Sólo me atrevo a probar un plástico que va envuelto en plástico y que sabe a plástico y una especie de tramusos envueltos en explosivo picante que rápidamente hacen necesaria el agua que han repartido. Desisto, e incluso hay alguien que reclama mis chuches para comer más. Hay estómagos para todo.


Hay una cosa que me impresiona, y hay que ver de cerca, y son las dimensiones en y de este país. Por ejemplo, este es el trayecto sobre el mapa de China:


Este es este viaje. 1200 Kms. apenas hemos recorrido un pequeño tramo del país, y ni siquiera llegamos al centro. Ahora mirad:


Si vamos desde Valencia a Fisterra son aproximadamente 1000 Km. O sea, con 1200 nos hemos salido de España.


Nos plantamos en Ginebra y casi nos sobra, tras haber recorrido tres países. Tiene tela.

Aquí tenéis un enlace que os cuenta otra visión del viaje, muy bien explicado: VIAJE A XIAN EN TREN DESDE PEKIN

Llegamos a la Estación Norte de Xian y allí encontramos a nuestro segundo guía, que nos acompañará durante los próximos días. Y un autobús con mejor pinta por fuera que el de Pekín, pero peor por dentro. Menos mal que el chófer era muy agradable.

Empieza mosqueándonos que el guía, en un español más propio de llevar un grupo de hinchas beodos, ya nos empieza a vender  una cena con actuaciones de coros y danzas. Nos huele a turistada y nos negamos, así que nos lleva un tanto decepcionado a cenar al sitio, una especie de gran selón de bodas, bautizos y comuniones con escenario. Nos han tenido que preparar un comedor aparte en el que no veamos las actuaciones. Mosqueo de los chinos, por pérdida de comisiones, seguro. Aquí vemos un tufillo pesetero que nos perseguirá durante el resto del viaje.

Al fin llegamos al Hotel Grand Barony. Recomendable, oiga. Este sí que es un hotel de lujo. Habitación en piso muy alto, baño perfecto, cama comodísima y - lo que más me gustó de los hoteles chinos - un escritorio cómodo y útil, cosa que falla en muchos hoteles occidentales.

Y con esto terminamos nuestro segundo día de viaje. Parece que ya llevemos un mogollón, ¿verdad? En la próxima entrada toca el monográfico de los comedores, las comidas y las cenas y otras cosas al respecto.

Os dejo con un vídeo curioso. Imaginaos la calidad de vida de las casas alrededor de este túnel.


Otra curiosidad: Este es el mismo viaje pero en un tren "normal", todo es cuestión de pasta. Pero no os escandalicéis, millenials: Mis amigos y yo íbamos en los 70 así en el tren correo de Madrid a Coruña. Incluso yo llegaba a dormir en el portamaletas (pesaba menos, claro). Y había gente durmiendo en los retretes, que entonces no distaban tanto de los chinos. O sea, que menos humos tenemos que tener.


Gracias por vuestra atención y hasta la próxima.

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